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jueves, 23 de agosto de 2012

La amenaza “Radonsky” para los trabajadores


Por. Basem Tajeldine
Voces Contra el Imperio

Las mentiras y las falsas promesas caracterizan la campaña del hoy candidato de la burguesía parásita “venezolana”, Henrique Capriles Radonsky. La burguesía entiende por política como “el arte de la manipulación y de la hipocresía”. Esta vez el sionista Capriles Radonsky tiende su trampa contra los trabajadores del sector público y privado prometiéndoles mejores empleos, elevar sus salarios y respetar las inclinaciones políticas de estos bajo un gobierno de derecha. Antes de posar frente a las cámaras, Capriles se disfraza de político “progresista”, y roba el discurso de la izquierda para atraer a los más distraídos; a los así llamados ni-ni. Al tiempo que sus aliados de campaña hacen lo mismo, se disfrazan de “amigos del pueblo” y le recriminan al Presidente Chávez por haberlos “epitetado” de burgueses y dividir a los venezolanos entre “oficialistas” y “opositores” para luego decirles con sus caras lavadas que “todos somos iguales” y que “la unidad y el progreso se logrará con Radonsky”. ¡Farsantes!

El discurso banal y falso de la burguesía sólo puede ser desmontado con las ideas y la verdad revolucionaria. Algunos voceros de campaña del gobierno revolucionario se equivocan cuando intentan dar una respuesta semejante, banal, a la propuesta del candidato de la burguesía. Las falsas promesas del candidato burgués pueden ser desenmascaradas contrastándolas con las políticas neoliberales aplicadas aquí en el pasado y las actualmente esgrimidas por sus afines políticos burgueses en Europa. 


La burguesía ofende la inteligencia de nuestro pueblo. Un hipotético gobierno de la derecha en Venezuela sería nefasto para todos los trabajadores sin distinción, y acabaría con todos los logros laborales alcanzados gracias a la revolución y las esperanzas sembradas en las clases más populares. La privatización de PDVSA, la apertura de los mercados, la liberalización del dólar, la eliminación del BCV y los ajustes fiscales exigidos por el Fondo Monetario Internacional (FMI) acabarían con millones de puestos de trabajos en Venezuela. Sus pedidos de recortes del mal llamado “Gasto Público” afectarían fundamentalmente a los empleados públicos. Los despidos no distinguirían entre revolucionarios y opositores. Por otra parte, la formula que entienden los políticos burgueses para atraer la inversión de los capitales foráneos es hacer atractiva la plusvalía en el país. En otras palabras, recortes salariales, flexibilización laboral para competir con los súper explotados trabajadores colombianos y brasileros.

Un compañero a quien conocí recientemente en un café me recomendó citar en mis escritos a Marx, por sus ideas y advertencias sobre los desmanes del capitalismo, pues Marx, según mi amigo, hoy se encuentra más vigente que nunca y es útil para ayudarnos desenmascarar a los enemigos del pueblo: la burguesía.   

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