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martes, 23 de mayo de 2017

La hipotética guerra civil en Venezuela y la ecuación Rusia

Por. Basem Tajeldine


Escuchaba la excelente entrevista realizada por la compañera Erika Ortega Sanoja de Russia Today (RT) al reconocido analista francés Thierry Meyssan*, y la certeza de todas las advertencias que hemos hecho por las amenazas que se ciernen contra Venezuela la sentí de pronto como un golpe. Siempre he creído en la posibilidad del error de mis análisis; en el más común error de la exageración cuando incurro en las comparaciones de los escenarios, los actores que se aprecian en el tablero del Medio Oriente y Latinoamericano. Las diferencias subyacentes entre ambos escenarios, entre ellas las culturales, agregan a la posibilidad de estar equivocado. Pero Meyssan tiene en su historial la dolorosa condición de no fallar en sus análisis, predicciones, y de estar siempre allí, en el lugar de los acontecimientos, antes y después del caos, para contar la verdad de primera mano al mundo.

La conclusión a la que llegó Meyssan va mucho más allá de lo imaginaba o creía posible. Para el serio analista, Estados Unidos (en lo sucesivo EE.UU.) está decidido a caotizar Venezuela, provocar una guerra civil para no sólo poder acabar definitivamente con la Revolución Bolivariana y el chavismo (-que será su primer objetivo-), sino también para destruir el Estado nacional de manera que permita acabar con cualquier forma de resistencia futura. Igualmente, el intelectual belga amigo de Venezuela, Michel Colon, ha dicho algo parecido refiriéndose al “caos constructivo” aplicado por la OTAN en el Medio Oriente.

Para poder explicarlo mejor, el analista francés se remontó a 2004 cuando “varios expertos del Pentágono explicaron que, en lo sucesivo, EE.UU. iba a librar nuevas guerras para dividir el mundo en dos zonas, que consistía en mantener una zona estable para EE.UU. y sus aliados (…) y otra zona donde no hubiera gobierno estable ni desarrollo, sino el caos”, para garantizar que nadie pudiera desarrollar un poderío que amenazara su hegemonía mundial”.Lo que complementó diciendo que la situación en Venezuela ya está lista, y cuando EE.UU. lo desee, va a comenzar la guerra.

Meyssan ejemplificó con el modus operandi del imperialismo contra otros países. Manifestó “Cuando estudiamos lo que pasó en Ucrania, en Siria o en Libia, es exactamente la misma metodología que se aplica hoy contra Venezuela; siempre comienza exactamente igual: se acusa al gobierno de cometer crímenes horribles (…) luego envían al país unas fuerzas especiales, unos francotiradores, que se colocan en los techos durante una manifestación, con el objetivo de disparar tanto contra los manifestantes como contra la policía (…). Eso crea una confusión enorme, y cada bando está convencido de que fue el otro el que le disparó, y ese es el comienzo de un enfrentamiento interno”, y de esta forma comenzaría una “guerra simbólica” que utilizarían los medios internacionales para explicar que se trata de una revolución“. A la que EE.UU. prestaría todo su apoyo a través de sus ONG’s y las bases militares dispuestas en los países vecinos que rodean a Venezuela. Recordó Meyssan que contra Libia utilizaron a Egipto (y Malta también); en el caso de Siria, utilizaron a casi todos los estados aledaños: Turquía, Líbano, Irak, Jordania e Israel. Si van a atacar a Venezuela, sin duda van a utilizar a un estado o a varios estados fronterizos de Venezuela”, como es el caso de Colombia.

Al final de su entrevista, Meyssan regaló un consejo a la derecha venezolana y a sus seguidores diciendo que “Todas estas oposiciones están cometiendo un error. Los movimientos opositores, ya sea aquí en Venezuela como en el mundo árabe, serán todos destruidos, tal y como habrán permitido la destrucción de los gobiernos a los que se oponen. Porque Estados Unidos se burla de ellos más que de los gobiernos”.

¿Guerra civil en Venezuela?

Hoy somos muchos quienes hemos venido denunciando que la extrema derecha venezolana y sus disociados seguidores juegan con fuego, y cegados por la codicia, el odio irracional y el engaño no se percatan que están siendo utilizados por el imperialismo para un juego en el que todos perderíamos, menos las compañías que se lucran de la guerra y la destrucción. Las potencias capitalistas saben que crisis estructural del sistema mundial no podrá ser salvada de la misma forma como se hizo en el pasado durante la gran depresión de 1929, por medio de la guerras entre potencias que hoy ostentan armas nucleares. La guerra se la impondrán a la periferia capitalista.

Una guerra civil no es un juego de niños guarimbeando, esperando que con sus acciones callejeras y vandalismo caiga el gobierno. En lo absoluto. Una guerra civil es cosa de hombres y mujeres empuñando armas pesadas, de guerra, de alto poder destructivo que haría imposible evitar daños contra todos. Todos pagaríamos por igual. Todos habríamos perdido la guerra el mismo día de su inicio. Ésta no sería una guerra de 30 millones de venezolanos luchando entre sí, así como muchos imaginan. Una guerra de todos contra todos. No. Las armas estarán sólo en manos de quienes saben utilizarlas, por lo general en batallones, unidades, frentes de diez, cientos o miles de personas bajo la dirección de uno de los 2 bandos enfrentados, o 3, o 4, o 10 o 100 bandos enfrentados, tal como sucede en Siria y Libia, porque el plan imperial es dividirnos para destruir el país. De ésta forma, en un profundo escenario de conmoción nacional, entraría abiertamente EE.UU. bajo su predilecta excusa de la “defensa de los derechos humanos”, la “responsabilidad de proteger” y la “defensa de sus intereses nacionales”, etc.

¿Qué podría hacer el país para resistir ante la embestida imperialista?

La respuesta no es fácil. Pues no basta con tomar conciencia de la gravedad del asunto e iniciar una gran campaña de concientización para sumar voluntades en Venezuela y el mundo por la paz, y menos entre los opositores (-cosa que hoy sería imposible, hasta que los primeros bombazos estadounidense o una guerra con Colombia haga ablandar las posiciones, cosa que sería demasiado tarde-). Es preciso reflexionar profundamente, dejar los dogmas y las posiciones principistas de lado para poder entender que la única forma de resistir a la embestida imperialista y a sus lacayos de la región es como lo hizo Siria. El gobierno venezolano debe integrar a Rusia y a otros países aliado en una ecuación que podemos denominar: Muralla de Defensa Antimperialista.

Si EE.UU. cuenta con varias bases militares en Colombia dispuestas para agredir a Venezuela, admitido por el senado estadounidense, bien sea de forma directa, o indirecta utilizando al Estado colombiano y sus grupos mercenarios, también Rusia debería ser convencido de estar presente en Venezuela bajo una figura que no necesariamente signifique una base militar perenne, sin limitaciones e inmunidades para sus soldados como lo hace precisamente EE.UU. con sus lacayos.

¿Estaría interesada Rusia en apoyar a Venezuela? ¿Cuál sería el costo político y económico que implicaría para la defensa del país? Son preguntas que quedan por responder.



fuentes:
* La situación está lista para cuando EE.UU. quiera intervenir en Venezuela