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martes, 28 de abril de 2015

¿Por qué Rusia y China son indetenibles?


Por. Basem Tajeldine
Voces Contra el Imperio

Pese a todos los malos augurios y los más estrafalarios análisis realizados por algunos “expertos” analistas económicos y políticos que hasta hace poco gozaban de mucho respeto, China y Rusia han podido resistir a todas las provocaciones que en los últimos años vienen orquestándose desde  Estados Unidos y la Unión Europea. Ninguno de esos “expertos” economistas del stablishment estadounidense y europeo han sabido explicar el cómo le hace Rusia para resistir a las ilegales y no menos terroristas sanciones impuestas por el bloque occidental contra ese país*, y que buscan destruir la economía rusa, pero tampoco el cómo le hace China para mantener su impresionante crecimiento. 

Los sesudos auguraban el colapso de la economía rusa, pero las sanciones están obligando a Moscú a recuperar su propia industria nacional que había sido desmantelada con ayuda de Occidente luego del fatal colapso de la Unión Soviética, pero también a desarrollar profundas alianzas con países asiáticos (fundamentalmente con China) y con América Latina lo que le ha permitido seguir creciendo económicamente.

En 2014 Rusia registró un superavit en su Balanza Comercial de 142.009,8 millones de euros, un 8,54% de su PIB, superior al superávit alcanzado en 2013 que era de 134.812,1 millones de euros [1], mientras que el rublo (la moneda de Rusia) continúa fortaleciéndose en 2015 pese a las sanciones, dejando sin aliento a quienes pronosticaban su desplome, publica la prestigiosa agencia Bloomberg [2]. La realidad del gigante ruso dista mucho de como la dibuja el senador estadounidense John McCain, y muchos como el, que consideran a Rusia como "una gasolinera disfrazada de país", y que “las sanciones económicas por la han sido un paso muy importante” [3].

Por su parte, en lo que va de 2015 China ha mantenido su tasa crecimiento económico en 7% del PIB, tal como estaba planificado para el primer trimestre del corriente año [4]. Cabe recordar que en 2014 China registró un superavit en su Balanza Comercial de 287.886,3 millones de euros, un 2,81% de su PIB, superior al superávit alcanzado en 2013, de 195.198,4 millones de euros [5]. Ese mismo año, China superaba por primera vez en la historia a Estados Unidos en términos del Producto Interno Bruto (PIB) a paridad de poder adquisitivo (PPA), totalizando 17,6 billones de dólares mientras que el de Estados Unidos era de 17,4 billones [6].

Por lo tanto, la real amenaza para la economía y la paz mundial no se encuentra en Rusia o en China, sino en los propios Estados Unidos cuya deuda pública supera ya los 18 billones de dólares (103% del PIB anual del país) y  su déficit fiscal 2014 superaba los 500 mil millones de dólares. En otras palabras, EE.UU. se encuentra en bancarrota porque cada ciudadano estadounidense debe 56.714 dólares. Sin embargo, la quiebra de Estados Unidos afecta directamente a sus mayores compradores o tenedores de Bonos del Tesoro, entre ellos: China, Japón, Francia, Alemania y Rusia. Cabe destacar que China posee bonos norteamericanos por valor de unos 1,3 billones de dólares. Y Japón cuenta con 1,14 billones invertidos en bonos del Tesoro [7].

Entonces, ¿A quiénes realmente perjudican las sanciones contra Rusia? ¿Qué es lo que realmente inquieta a Estados Unidos?

Hoy varios países de la Unión Europea respaldan la idea de levantar las injustas y contraproducentes sanciones a Rusia. Entre ellos resaltan: Austria, Hungría, Italia, Chipre, Eslovaquia, Francia, Grecia y la República Checa, que han sido los más perjudicados por las mismas [8], cuyos presidentes, en los últimos meses, han mantenido reuniones de trabajo con el líder ruso Vladimir Putin para ese propósito.

Mientras China da un nuevo impulso al temido Banco Asiático de Desarrollo en Infraestructuras para convertirlo en el mayor ente financiero del mundo que tiende a desplazar al mismísimo Fondo Monetario Internacional (FMI) [9], al mismo tiempo se prepara para incluir el yuan (su moneda) en la cartera de los Derechos Especiales de Giro (DEG) de éste último organismo (FMI), para obtener los mismos derechos que el dólar, el euro, el yen [10]. El gigante asiático, también, ha venido desarrollando intercambios comerciales con Rusia, Irán e India en base a sus mismas monedas (cestas de monedas u oro), y se plantea estrechar, aún más, las relaciones con la potencia rusa en todos los campos, para así alcanzar la meta de los 100 mil millones de dólares en 2015 y los 200 mil millones para 2020 [11]. Es también conocido que tanto Rusia como China han incrementado sus reservas en Oro en los últimos años [12], y que ambos países conforman el grupo de economías emergentes más importantes del mundo: los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que están sepultando al G7.  

Las hienas imperialistas saben que los “felices” días de la hegemonía estadounidense ya pasaron al basurero de la historia.   
     
* El 17 de marzo de 2014, Estados Unidos y la Unión Europea impusieron sanciones económicas a Rusia tras el referéndum aprobatorio celebrado en la península de Crimea que permitió la independencia y la incorporación de la misma  a la Federación Rusa.  


Fuentes:
[1] Balanza comercial Rusia, 2014.
[2] Ruble Whipsaws Top Forecasters as Worst Currency Becomes Best
[3] McCain: “Russia is a gas station masquerading as a country”
[4] Crecimiento de China se mantiene pese a pronósticos.
[5] Balanza comercial China, 2014.
[7] Deuda pública de Estados Unidos
[8] Mas de 7 países piden rebajar sanciones a Rusia
[9] fin de la hegemonía financiera de Estados Unidos
[10] Oro, DEG o BRICS: ¿Qué acabará con la hegemonía del dólar?
[11] China y Rusia incrementan relaciones comerciales
[12] China y Rusia compran oro

lunes, 27 de abril de 2015

Sobre la victoria de la resistencia yemenita y los temores de la monarquía Al Saud


Por. Basem Tajeldine
Voces Contra el Imperio

Sucedió lo que advertimos sucedería. Las fuerzas reaccionarias árabes liderizadas por la cruel petromonarquía saudita, y apoyadas por Estados Unidos, han sido derrotadas en Yemen, aunque algunos se resisten a aceptarlo y pretendan continuar con esporádicos bombardeos a ese país. El pueblo yemenita; su ejército regular (conformado en su mayoría por sunitas) y las milicias huthis (chiíta) lograron propinar la mayor de las lecciones a los bien armados agresores, pero también al mundo que les negó la solidaridad que merecían. La resistencia yemenita ha demostrado así su valor y determinación por la defensa de su patria.

Las informaciones sobre el fracaso de la agresión saudita contra Yemen denominada "operación Tormenta Decisiva" iniciada el 26 de marzo de 2015 se han convertido en tema viral de todos los medios de la región y el mundo, y que está generando un desencadenamiento de reacciones inesperada para el sádico reino saudí.

La agresión saudí no alcanzó ninguno de los objetivos que se había planteado Estados Unidos y Arabia Saudita, puesto que las milicias populares huthis continúan controlando la capital del país, Sanaa; los huthis junto al ejército regular yemenita controlan la casi totalidad de Yemen; y el traidor fugitivo ex presidente Mansur Hadi continúa protegido en la capital de Arabia Saudita. La operación militar saudita se proponía defender los intereses de Estados Unidos en la región, asegurando el control del estratégico Estrecho Beb Al Mandeb (se traduce en "la puerta de las lamentaciones"), lugar por donde transitan cerca de 4 millones de barriles de petróleo al día [1] y las mercancías proveniente de Asia que tienen como destino el mercado europeo. 

Varios medios de la región divulgaron informaciones que destacaban la preocupación de los servicios secretos saudíes por la imposibilidad de una intervención terrestre de las fuerzas sauditas en Yemen, cuya previsible derrota podría desmoronar la influencia del reino en toda la región,  e inclusive destruir a la propia monarquía.

El pasado 23 de abril, el príncipe saudita, Talal bin Abdulaziz Al Saud, había reconocido ante una cadena de noticias alemana que la intervención militar en Yemen terminó siendo un fracaso para la monarquía. Para el príncipe Al Saud, la agresión militar que ha provocado la muerte de miles de civiles inocentes (se contabiliza entre ellos más de 150 niños y decenas de mujeres) no logró el objetivo de debilitar a las milicias huthis. Además, Talal bin Abdulaziz Al Saud reveló que en los ataques aéreos contra el pueblo yemení los aviones eran piloteados por estadounidenses, franceses, paquistaníes, egipcios e indios, a quienes calificó de "mercenarios" que cobran hasta 7 mil 500 dólares por un vuelo para bombardear a Yemen. También reconoció que: "Después de que algunos de nuestros aliados nos dejaron solos y se negaron a participar en los bombardeos en Yemen, nuestros soldados perdieron ánimo para seguir en esta guerra e incluso algunos huyeron de los servicios militares", precisó el príncipe saudita [2].

Todos los conflictos inducidos por el imperialismo estadounidense en la rica región del Medio Oriente y el Norte de África, con la finalidad de mantener su hegemonía en la misma, han terminado en fracasos. La absurda y belicosa política de Estados Unidos hacia el Medio Oriente ha creado fuerzas centrífugas que, lejos de alcanzar sus propósitos políticos y militares en la región, le procura más pérdidas de espacios importantes.

Al tiempo que las fuerzas mercenarias-terroristas de Al-Qaeda y ISIL-DAESH creadas y apoyadas por los servicios secretos de Estados Unidos y la petromonarquía saudita -tal como admite incluso el ex embajador estadounidense en Siria, Robert Ford [3]- están siendo barridas por los ejércitos regulares y las milicias de resistencia en Siria, Libano, Irak y Yemen, los pueblos árabes despiertan y muchos de sus líderes comienzan a buscar en Rusia, Irán y China la estabilidad y seguridad que le niega Estados Unidos.



Fuentes:
[1] En 2013 fueron unos 3,8 millones de barriles diarios de crudo y productos refinados (según un informe de la Administración de Información de Energía de los Estados Unidos - EIA)

[2] Príncipe saudita admite fracaso de la misión en Yemen
http://www.telesurtv.net/news/Principe-saudita-admite-fracaso-en-agresion-contra-Yemen-20150424-0053.html.  www.teleSURtv.net

[3] Ford: Arabia Saudí fue la que fundó el EI y apoya a Al Qaida en Yemen

martes, 21 de abril de 2015

La Cumbre Asia–África: una oportunidad para el gigante asiático


A 60 años de la histórica Cumbre de Bandung

Por. Basem Tajeldine
Voces Contra el Imperio

Ya los medios internacionales informan que entre el 22 y 23 de abril está prevista la celebración de la Cumbre Asia- África en Yakarta, Indonesia, justo en el marco de la conmemoración del 60 aniversario de aquella histórica Cumbre de Bandung celebrada en 1955 y que dio un giro al sistema internacional en la segunda mitad del siglo XX, con la promulgación de los llamados “Principios de Bandung” [1] que promovieron los procesos de descolonización de Asia y África.

Cabe recordar que la primera Conferencia de Bandung fue convocada por los máximos líderes independentistas y revolucionarios del momento, entre ellos brillaban el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser (1918-1970), el presidente de India, Jawaharlal Nehru (1889-1964) y el presidente de Indonesia, Sukarno (1901-1970); cuyos países recién se liberaban de la colonia europea. El objetivo del encuentro era buscar consensos y estrategias para oponerse al colonialismo y neocolonialismo de las metrópolis (Europa y Estados Unidos) que imperaban en la mayoría de los países africanos, asimismo, esta conferencia también buscaba dar inicio a la cooperación económica entre los países allí reunidos junto con la Unión Soviética.

Esta Cumbre de Bandung fue el antecedente a la celebración de la I Conferencia de Belgrado, convocada en septiembre de 1961 por el legendario líder yugoslavo Josip Broz Tito (1892-1980). Si bien a este Encuentro sólo asistieron 28 países, con ella fue posible la creación el Movimiento de Países No Alineados (MNOAL), la cual actualmente está integrada por 120 Estados miembros de la Naciones Unidas.

Luego de la desaparición de la Unión Soviética en 1991, tanto el MNOAL como la cooperación Asia – África perdieron fuerza. Estados Unidos y sus aliados europeos lograron imponerse en el mundo urgiendo las banderas del Nuevo Orden Mundial y el Neoliberalismo (Milton Friedman), del “fin de la historia y el último hombre” (Francis Fukuyama) y la Globalización. Sin embargo, el unilateralismo y la hegemonía estadounidense, como la de sus socios europeos, no duró mucho. Al cabo de pocos años, la economía de la República Popular China despuntaba con índices impresionantes de crecimientos que superaban el 12% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que sus crecientes demandas de materias primas imprimieron en el gigante asiático una política exterior más abierta y de liderazgo que permitió reimpulsar la cooperación Asia - África. Más tarde, a principios del año 2000, Rusia comenzó a resucitar de las cenizas del colapso soviético.

En la pasada Cumbre Asia - África celebrada en 2005 en el mismo país, Indonesia, para conmemorar el quincuagésimo aniversario de ese espacio, se produjo la Declaración sobre la Nueva Alianza Estratégica Asiático-Africana (NSSP), donde se asumía un nuevo compromiso de asociación estratégica entre Asia y África con base en la solidaridad política, la cooperación económica y las relaciones socio-culturales [2]. A ella asistieron 106 países, que comprendía 54 países asiáticos y 52 países africanos. La cumbre de 2005 concluyó con la creación de un mecanismo de seguimiento para profundizar el proceso de institucionalización de esa organización con la celebración de cumbres empresariales cada cuatro años y de reuniones ministeriales cada dos años.

Actualidad de la Cumbre Asia - África

Asia y África poseen cerca del 80% de la población mundial.

La cooperación (comercio e inversiones) de China en África ha venido superando la cifra de $ 210 mil millones, mientras que el comercio entre Estados Unidos y el continente africano no alcanza los $ 90 mil millones [3]. El impresionante crecimiento de China, calculado en 7,4% del PIB en 2014 por el Banco Mundial, así como también, el crecimiento del conjunto de las economías emergentes de Asia (calculado en un poco más de 7 % del PIB), conlleva a esos países a desarrollar espacios de cooperación con África que cuenta con importantes reservorios de materias primas (hidrocarburos y minerales) y tierras aptas apra la siembras, además de su creciente mercado interno. 

Asia crece aceleradamente y exporta capitales a África, cuyo crecimiento económico promedio calculado por el Banco Mundial es de 5%. En otras palabras, las economías africanas dependen cada día más de Asia, y viceversa.

El comercio entre Asia y África está basado en gran medida en las importaciones de materias primas: el petróleo en su mayoría proviene de Nigeria, Angola, Guinea Ecuatorial, Ghana, Camerún, la República del Congo, Gabón, Uganda, Sudán del Sur y Sudán. También Asia adquiere cobre, cobalto, cadmio, ferrocromo, el platino, el coltán, diamantes y oro; de países como la República Democrática del Congo, Liberia, Sudáfrica, Zambia y Zimbabwe [4].

Para el actual encuentro Cumbre Asia – África 2015 se prevé la participación de 109 países y varios jefes de Estado que integran al MNOAL, pero también destacará la ausencia de un imperio que se encuentra cada vez más sólo y aislado: Estados Unidos.

China es consciente de su poder económico, y también de sus necesidades. Ha sabido aprovechar ese espacio para consolidar su presencia en África bajo una sabia estrategia que comprende el respeto a la soberanía de los países, de importantes inversiones en infraestructuras y ganancias compartidas. También aprovechará la ocasión para proponer la interesante iniciativa de la “Ruta de la Seda Marítima del Siglo XXI” y el establecimiento del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, del que todos los analistas coinciden en que representa la mayor amenaza para las viejas instituciones creadas tras los acuerdos de Bretton Woods de 1946, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), que aseguraban la hegemonía económica de Estados Unidos.    


Citas y fuentes:
[1]  El Comunicado Final, Declaración de diez puntos conocida como los Diez Principios de Bandung: 1. Respeto por los derechos fundamentales del hombre y para los fines y principios de la Carta de las Naciones Unidas. 2. Respeto para la soberanía y la integridad territorial de todas las naciones. 3. Reconocimiento de la igualdad de todas las razas y de todas las naciones, grandes y pequeñas. 4. Abstención de intervenciones o interferencia en los asuntos internos de otros países. 5. Respeto al derecho de toda nación a defenderse por sí sola o en colaboración con otros Estados, en conformidad con la Carta de las Naciones Unidas. 6. a) Abstención de participar en acuerdos de defensa colectiva con vistas a favorecer los intereses particulares de una de las grandes potencias. b) Abstención por parte de todo país a ejercitar presión sobre otros países. 7. Abstención de actos o de amenaza de agresión y del uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier país. 8. Composición de todas las vertientes internacionales con medios pacíficos, como tratados, conciliaciones, arbitraje o composición judicial, así como también con otros medios pacíficos, según la libre selección de las partes en conformidad con la Carta de las Naciones Unidas. 9. Promoción del interés y de la cooperación recíproca. 10. Respeto por la justicia y las obligaciones internacionales.
[2] Cumbre Asia-África 2005, Declaración.
[3] Comercio Estados Unidos, China y África
[4] China multiplicó por 10 su comercio con África
http://spanish.people.com.cn/31620/8177813.html

miércoles, 8 de abril de 2015

Venezuela y la región han develado los pies de barro del imperialismo estadounidense


Por. Basem Tajeldine
Voces Contra El Imperio
 
¿Qué será de un imperio cuando los países que siempre ha considerado como “vasallos-colonias” o “patios traseros” no están dispuestos a seguir aceptando sus arrogantes imposiciones?    

El Establishment imperial y sus hienas consejeros autodenominados “think tank” no previeron las consecuencias de sus propias actuaciones contra Venezuela.

La particular arrogancia e ínfula supremacistas que define a las hienas imperiales, y el menosprecio por la realidad de la región, conllevó al gobierno estadounidense a cometer un nuevo error político con la agresión a Venezuela. La orden ejecutiva del actual inquilino de la Casa Blanca, Barack Hussein Obama, que señala a Venezuela como una “amenaza inusual y extraordinaria para la Seguridad Nacional y la Política Exterior de Estados Unidos” provocó una reacción contraria a los objetivos que ansiosamente esperaban.

El arrogante imperio que pretendió “torcer el brazo” al gobierno Bolivariano porque no ha querido  hacer lo que sus monopolios financieros y sus transnacionales ambicionan –en palabras de Obama [1]-, y de esta forma, también, intimidar a toda la región días antes de la Cumbre de las Américas, terminó por unirla aún más; por unir al pueblo de Venezuela y a toda la región contra la agresión imperialista.

La solidaridad mundial tampoco faltó. Además de la digna posición de los organismos regionales como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la Unión de Naciones del Sur (UNASUR), y la Alternativa Bolivariana para Nuestra América (ALBA), también el Movimiento de países No Alineados que reúne a más de 120 Estados miembros de Naciones Unidas [2], Rusia, China y otros países no tardaron en manifestar su más categórico rechazo a la medida tomada por Obama, que lejos del “tecnicismo” que algunos argumentan, ha sido utilizada en el pasado para justificar las intervenciones militares estadounidenses en Irak (2003), Siria (2011), Libia (2011), Afganistán (2001), Nicaragua (1985) y otros países.  
  
Con la orden ejecutiva, el gobierno de Estados Unidos intentó aislar a Venezuela para justificar la escalada de agresiones y finalmente derrocar al gobierno revolucionario, pero fracasaron. 

Varios voceros estadounidenses han comenzado en admitir su nuevo fracaso político.

El pasado 3 de abril, La subsecretaria de Estado de EEUU para Latinoamérica, Roberta Jacobson, que participaba en una conferencia en el centro de estudios Brookings para abordar la próxima Cumbre de las Américas, confesó estar “decepcionada” por la reacción de los países latinoamericanos a las sanciones y decretos injerencistas adoptados por su país contra Venezuela [3].

Más recientemente, el pasado 7 de abril, varios medios internacionales reseñaron un supuesto giro de posición de Estados Unidos respecto a Venezuela como “bajón de tono”.

El alto integrante del Consejo de Seguridad Nacional (CSN) de Estados Unidos, Ben Rhodes, dijo que su país “no cree que Venezuela represente alguna amenaza para su seguridad” en referencia a la orden ejecutiva firmada por Obama. De acuerdo con Rhodes, esa oorden se trataba, apenas, de una fórmula burocrática, “una pro forma”, aseguró Rhodes. “Tenemos un marco legal para formular este tipo de órdenes ejecutivas”. Por su parte, el responsable para América Latina del CSN, Ricardo Zúñiga, afirmó que la Casa Blanca no tiene “ningún programa hostil” con relación a Venezuela [4].

Finalmente, Thomas Shannon, quién es Consejero del Departamento de Estado de EEUU, y segundo del secretario de Estado John Kerry, viajó a Caracas con la agenda de buscar un acuerdo con el gobierno de Venezuela de cara a la Cumbre de las Américas [5].

La diplomacia revolucionaria venezolana, de principios, sin eufemismos y antiimperialista, inaugurada por el Gobierno Bolivariano del gigante Comandante Hugo Chávez, y mantenida en alto por el Presidente Obrero, Nicolás Maduro Moros, ha demostrado ser eficiente y victoriosa ante la agresión imperial. Las nuevas organizaciones regionales de integración fundadas al calor de los procesos políticos de cambios anti neoliberales que se viven en Latinoamérica: la UNASUR, CELAC y ALBA, y que fueron impulsadas por el Comandante Chávez, resultaron ser las mejores murallas para el pueblo de Venezuela y de toda la región. La región ha tomado conciencia de su papel histórico. El Libertador Simón Bolívar dice que “en la Unión está la fuerza”.

Obama quiso torcer el brazo a Venezuela y la región, pero la región terminó por torcerle el brazo al imperialismo estadounidense. 

Un imperio al que cada día menos países obedecen; cuya hegemonía se ha venido debilitando en la región que históricamente consideró como su “patio trasero”, pero también en todo el mundo; que ha sido desplazado como primera potencia económica y comercial por China; al que sus aliados europeos le marcan límites en Ucrania; a quién Rusia le trazó una línea roja en Siria e Irán, etc., no puede seguir llamándose imperio.

Hoy América latina y el Caribe develan los pies de barro del imperialismo. Sin embargo, nadie debe cantar victoria todavía.

Fuentes:
[1] Obama: “en ocasiones tenemos que torcer el brazo de los países que no quieren hacer lo que queremos”
[2] MNOAL apoya a Venezuela
[3] Jacobson decepcionada con la región
[4] Venezuela no es una amenaza para Estados Unidos
[5] Thomas Shannon, segundo de John Kerry, llega a Caracas a reunirse con la Canciller y el presidente Maduro