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domingo, 14 de septiembre de 2014

La diplomacia antiimperialista y petrolera del canciller Rafael Ramírez



Por. Basem Tajeldine y Adriana Blanco
Voces Contra el Imperio

Lejos de todas las especulaciones desatadas por la derecha venezolana en torno al llamado “sacudón” emprendido por el gobierno del Presidente Nicolás Maduro, y en especial por la designación del compañero Rafael Ramírez como nuevo Ministro de Relaciones Exteriores de la República Bolivariana de Venezuela y en particular por su propuesta de desarrollar una activa diplomacia petrolera, creemos justo reflexionar sobre ciertos elementos que nos pueden ayudar a entender mejor el contexto político, las ideas y a la persona en cuestión:  
  
1)      Venezuela es un país petrolero, cuenta con la reserva de petróleo más grande del mundo, estimadas en aproximados 315 mil millones de barriles de petróleo. También cuanta con importantes reservas de gas natural que se estiman en más de 200 billones de pies cúbicos. En el mundo contemporáneo, denominado por algunos estudiosos como la “era del petrolero” (donde los hidrocarburos fungen como una especie de “fuente de vida” y motor del sistema capitalista mundial), quien logre ejercer el control del mismo, necesariamente, estaría marcado por un tipo de política o diplomacia que lo distingue del resto.

2)      Desde los primeros descubrimientos y el inicio de la explotación de petróleo y gas en Venezuela con fines comerciales (1875), hasta el día de hoy, las relaciones internacionales de nuestro país han estado marcadas por la diplomacia del petróleo. En otras palabras, los gobiernos del pasado y la actualidad han debido ser consciente de su posición en el gran tablero de la geopolítica mundial.

3)      Venezuela dejó de ser un peón del imperialismo estadounidense en el momento que la Revolución Bolivariana emprendida por el Comandante Presidente Hugo Chávez recuperó el control sobre PDVSA (principal industria petrolera del país) la cual yacía en manos de las transnacionales petroleras estadounidenses y europeas. Tras promulgar la Ley Orgánica de Hidrocarburos de 2001, el gobierno revolucionario fue víctima de un golpe de Estado y un sabotaje petrolero dirigido por Estados Unidos a través de sus esbirros en la industria y fuerzas armadas. Fracasada la conspiración gracias a la movilización popular, el gobierno revolucionario pudo consolidarse en el poder haciendo efectivo el control del Estado sobre PDVSA, lo que permitió destinar importantes recursos provenientes de la venta del petróleo para la inversión social en primera instancia. Y más tarde para el desarrollo de una diplomacia internacional independiente, antiimperialista, socialista e integracionista.
        
4)      Nuestra diplomacia revolucionaria, antiimperialista y petrolera ha sido, de hecho, lo característico de la Revolución Bolivariana en los últimos 15 años. Ésta concibió la creación de instrumentos como PETROCARIBE y la ALBA que permitieron forjar un bloque regional de países caribeños aliados (Bolivia y Ecuador no son caribeños, pero forman también parte del bloque ALBA). Además, nuestra diplomacia petrolera independiente permitió acercarnos a países como la Federación Rusa y la República Popular China, atrayendo inversiones de ambas potencia para el desarrollo conjunto de la Faja Petrolífera del Orinoco (lugar donde se encuentran las mayores reservas petroleras del país) y de otras áreas, lo que permitió forjar una alianza de carácter estratégico con aquellas potencias que fungen también como muralla de Venezuela en los espacios internacionales.



6)      El nombramiento del compañero Rafael Ramírez para el cargo de canciller de la República ha sido, a nuestro modo de ver, una decisión acertada. En primer lugar, porque el Ministro Ramírez reúne las cualidades favorables para ese cargo: es un cuadro con una larga trayectoria política y leal al legado del Comandante Hugo Chávez. En segundo lugar, por su larga experiencia en el sector petrolero, que representa su mayor fortaleza. El Canciller Ramírez se ha formado técnica y políticamente antes y durante la Revolución Bolivariana desempeñando labores en INTEVEP, luego como Presidente de ENAGAS, y en los últimos años asumiendo de forma simultanea altas responsabilidades como Presidente de PDVSA y Ministro del P.P. de Petróleo y Minería durante doce años consecutivos. Por su larga experiencia en el sector y en las negociaciones internacionales, el nuevo canciller comprende, mejor que muchos, la importancia del petróleo como recuso estratégico a nivel internacional y como factor clave en las negociaciones de Venezuela con el resto del mundo.

7)      La propuesta de diplomacia petrolera debe ser vista como una oportunidad para mantener y profundizar el posicionamiento de Venezuela a nivel internacional, que viene a enriquecer la labor que ha venido desempeñando el Ministerio de Exteriores hasta el día de hoy. Sin lugar a dudas, el enfoque de la diplomacia petrolera debe entenderse como el fortalecimiento y potenciación de la diplomacia venezolana, a través del principal recurso energético y estratégico que posee la nación (el petróleo y el gas). La exacta comprensión del nuevo enfoque podría permitir el impulso y fortalecimiento del resto de las áreas de la cooperación entre Venezuela y el resto del mundo.

8)      Dicen que conocer al enemigo es la mejor defensa. El Canciller Rafael Ramírez conoce bien cómo piensan y actúan los enemigos del país. Su paso por el ministerio de petróleo y la presidencia de PDVSA le permitió conocer de cerca los tentáculos de las grandes corporaciones y lobbys petroleros que en definitiva son las que diseñan la política exterior del imperialismo estadounidense.

9)      El Canciller Ramírez es una persona que cuenta con un alto reconocimiento a nivel internacional, lo cual es factor que reduce el nivel de incertidumbre en las negociaciones. Muchos gobiernos en el mundo, el sector empresarial productivo y financiero internacional lo conocen bien.

10)  El Ministro Ramírez es designado al frente de la cancillería venezolana en un contexto político nacional e internacional sumamente delicado, en el que arrecian los ataques del imperialismo estadounidense y sus lacayos contra nuestro país. Su experiencia política será de mucha utilidad para hacer frente a los nuevos desafíos.    



La diplomacia petrolera antiimperialista seguirá siendo por muchos años (hasta que culmine la era del petróleo) una herramienta del gobierno revolucionario para poder alcanzar los objetivos políticos planteados. 

Los constantes cambios ministeriales han sido también característicos de los 15 años de Revolución Bolivariana. El propio Comandante Hugo Chávez concebía esta acción como parte de la dialéctica necesaria de su gobierno para acelerar los cambios. Chávez insistía mucho en que nada debía permanecer quieto, y que todo debía ser objeto de revisión y cambios. Decía que en el movimiento estaba la clave la revolución.

Los cambios siempre han oxigenado al gobierno porque estos provocan nuevas dinámicas que contribuyen a golpear al Estado burocrático-burgués.

lunes, 8 de septiembre de 2014

¿Hasta qué punto conviene a occidente la inestabilidad en Libia?


Por. Basem Tajeldine y Jesús Romero
Centro de Saberes Africanos

La intervención de las fuerzas de la Organización para el Tratado Atlántico Norte (OTAN) en La Gran Yamahiriya Árabe Libia Popular Socialista en 2011, bajo el pretexto de “proteger a la población civil” libia de Muammar Al Gaddafi , convertido en un “desalmado dictador” por los medios occidentales , terminó provocando miles de muertes, la destrucción de buena parte de la infraestructura civil de ese país y la anarquía hoy reinante en ese país.

Luego del magnicidio al líder libio Muammar Al Gaddafi, el 20 octubre de 2011, aquel Libia fue finalmente conquistada por una dirigencia pro-occidental que ha sido completamente incapaz de gobernar al país y de controlar a las milicias islamistas que fueron armadas por la OTAN para derrocar a la Yamahiriya Libia y asesinar al líder libio. Desde aquel fatal evento filmado por los propios mercenarios libios pro-otanistas y celebrado por la entonces Secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton (por cuya sádica expresión pretendía emular al emperador romano Julio Cesar tras la batalla de Zela, cuando derrotó al rey del Ponto, en 47 a.C., “Veni, vidi, vici”), hasta el día de hoy, se han suscitado seis (6) gobiernos en aquel país árabe.

La locura colectiva, el saqueo y la muerte reinan en el país que conoció los mayores índices de desarrollo humano de toda el África. Los medios occidentales dicen que es el costo de la “libertad”.  Los libios están acostumbrándose a ser “libres” a lo occidental.

El Estado libio tampoco ejerce control efectivo sobre la producción y venta de petróleo. En realidad no existe algo que se llame Estado libio, ni nada parecido a eso.

La Libia “democrática” de la OTAN es el clásico ejemplo de “Estado fallido”. La anarquía generada en ese país ha permitido que los más complacientes pro-otanistas jefes tribales (Kabilas) y que algunas milicias islamistas de Cirenaica (región que posee los mayores yacimientos de petróleo) se hayan apoderado del recurso, claro está, contando con el apoyo de algunas compañías transnacionales estadounidense y europeas, o mejor dicho, viceversa.

La luchas fratricidas internas entre la mampara de gobierno central, los cientos de jefes tribales, las cientos de milicias y las diferentes formaciones laicas; la debilidad de las seis formaciones gubernamentales tras la toma del poder; la menguada capacidad bélica de las resistencia verde (los gaddafistas que esperan pacientes la contra ofensiva) y las nuevas correlaciones de alianzas entre otras minorías étnicas tuareg y negras, etc., han impedido la consolidación de posiciones que permitieran determinar con claridad cuál de todos los grupo controla determinado territorio y alcanzaría el poder en el futuro.

Situación actual en Libia.
El 18 de mayo de 2014, las milicias laicas controladas por el General Khalifa Haftar (general libio que entre 1978 y1987 participó en el conflicto entre Libia y Chad, para luego desertar del ejercito de ese país y refugiarse en EE.UU.) iniciaron una rebelión armada e irrumpieron contra la agrupación islamista que logró imponerse en el parlamento libio y había designado de forma fraudulenta a Ahmed Miitig, empresario de 42 años oriundo de la provincia de Misrata, como Primer Ministro de Libia.

Los combates entre las tropas leales al General Haftar y las milicias islamistas se iniciaron en la ciudad de Bengazi, pero han llegado a la ciudad de Trípoli, la capital de Libia.

La lucha por el control del aeropuerto internacional de Trípoli ha sido la más reseñada por los medios occidentales que en los últimos días se han dado a la tarea de desinformarnos un poco. Aquel aeropuerto ha permanecido bajo el control de una alianza de grupos islamistas proveniente de las ciudades de Al Zintán y Misrata desde la caída del líder libio Gaddafi [1].

La ciudad capital  vive una creciente ola violencia. La cifra de muertos y heridos sobrepasan los 300 en los 3 últimos meses, pero ninguna de las partes sigue siendo lo suficientemente fuerte como para definir a su favor el conflicto.

El pasado 18 de julio, el gobierno libio advirtió al Consejo de Seguridad de la ONU que el país podría convertirse en un “Estado fallido” de no recibir mayor ayuda para entrenar a las fuerzas de seguridad [2]. Sin embargo, ese término es precisamente lo que bien define a Libia desde el inicio de la agresión de la OTAN en febrero de 2011.

Como expresión de lo grave de la situación en Libia, las Embajadas de España, Reino Unido, Francia, Egipto, Italia, Grecia, Argelia, Brasil, Canadá y Holanda, entre otras, han decidido abandonar Libia ante la incontrolable situación [3].

EE.UU. que ya había perdido a un embajador en Libia el 12 de septiembre de 2012 a manos de los mismos grupos islamistas que ellos mismos armaron, terminó por trasladar a más de 150 miembros del personal de su embajada a Túnez, país fronteriza con Libia [4]. Mientras que China, por su parte, pidió a sus nacionales que abandonen el país y a las empresas que tienen sede en Libia que evacuen a su personal.

La producción de petróleo libio no ha dejado de disminuir desde la caída de la Yamahiriya. Según varias fuentes petroleras, el nivel actual de la producción petrolera libia apenas alcanza una tercera parte de la producción antes de 2011. En los últimos días, la misma ha permanecido en 535,000 barriles por día (bpd). Aun así, la producción libia es mucho menor a los 1.4 millones de bpd que bombeaba años pasados [5].

Mustafa Sanallah es el nuevo director de National Oil Corp, la sociedad petrolera estatal que no controla nada, pero que sirve de apariencia, ha manifestado que las explotaciones de petróleo libias corren peligro de interrumpirse totalmente en el curso de las próximas semanas [6].

La realidad de aquel país árabe y africano permite concluir que será inviable un Estado libio unido bajo la administración de un gobierno pro-occidental y bajo la presencia de las milicias islamistas fuertemente relacionadas con Al-Qaeda y el Emirato islámico de Irak y el Levante (EIIL).

Otras fuentes poco seguras, pero muy factibles, vienen informando de los esfuerzos de la resistencia verde que controla la mayor parte de los territorios al sur de Libia, por consolidar un liderazgo único y por la búsqueda de apoyo de algunos gobiernos de la región, así como también de Rusia y China. Asimismo, informan sobre una factible “alianza táctica anti islamista” entre los verdes y el General Khalifa Haftar.

¿Hasta qué punto EE.UU. apoya al General Haftar en contra de sus “buenos muchachos” los islamistas quienes han hecho un excelente trabajo sucio, tal como requerían los planes de la OTAN en Libia?

Lo más importante, lo que mantiene ocupado a los “think tank” del Pentágono estadounidense, está en determinar hasta qué punto conviene la paz y la estabilidad de Libia de forma que permita asegurar que el petróleo siga fluyendo sin controles y sin muchas complicaciones, mientras que Libia se mantenga lo suficientemente dividida e inestable como para asegurar la permanente presencia de EE.UU. y sus transnacionales en ese país y sin muchos dolores de cabeza para asegurar el robo de sus riquezas.    


Fuentes:
[1] Aeropuerto de Libia bajo control de los islamistas
[2] Libia pide ayuda a la ONU
[3] Combates en Libia dejan cientos de muertos, mientras embajadas abandonan ese país
[4] Personal de EE.UU evacua Libia
[5] Producción de petróleo en Libia
[6] Imparable caída del sector petrolero en Libia


Guerra económica y golpe parlamentario


Por. Basem Tajeldine

El pueblo venezolano está siendo objeto de un experimento maquiavélico por parte de la derecha venezolana; está siendo sometido a una cruel guerra económica y a un bombardeo de desinformaciones que persigue confundirlo y desmovilizarlo con vista al 2015. Veamos por qué.

En los últimos años varios productos de la cesta básica (y otros) han desaparecido y vueltos a aparecer con recurrencia extraña en los anaqueles de los grandes supermercados y abastos del país. Esto ha develado una macabra estrategia;  arreglo planificado entre algunos sectores políticos-económicos que pretenden propinarle un daño político al gobierno revolucionario. La burguesía ha pretendido responsabilizar al gobierno del presidente Nicolás Maduro de la escasez y la especulación desatada en el mercado privado, con la clara intención de capitalizar políticamente el descontento de la población venezolana con miras al próximo año.

Los responsables reales de la escasez han sabido esconderse tras sus mentiras, descalificaciones y acusaciones contra el gobierno revolucionario. Es precisamente a la burguesía importadora y comercial, a esa casta parasita-rentista-dependiente de las grandes transnacionales a quien conviene provocar el desabastecimiento de los productos necesitados por el pueblo por razones económicas y políticas que explicaremos más adelante.

Gracias a la escasez, esta casta burguesa ha logrado amasar grades fortunas en los últimos años. Algunos se preguntarán ¿Cómo? La respuesta es muy sencilla. Acaparando productos, no importando, ni produciendo lo suficiente, estos se encarecen, por lo que pueden ser revendidos más adelante a precios elevados en los mercados paralelos: a los contrabandistas y buhoneros.

¿Acaso un dólar regulado por el Estado en 6,3 bolívares por dólar u 11 bolívares por dólar (SICAD1) no significa la ruptura con los precios que establece el mercado? ¿Acaso no es esto un esfuerzo, o mejor, un sacrificio que hace el Estado para hacer que los productos alimenticios (y otros no alimenticios) se abaraten y sean accesibles para el pueblo en general? 

El mercado regulado por las disposiciones del Estado (como la Ley de Precios Justos y los subsidios directos sobre algunos productos) golpea precisamente los intereses de esa casta parasitaria, y limita el abuso y las ansias de lucro de estos. Para devolver el golpe, la burguesía  ha concertado producir menos, malversar los dólares obtenidos para las importaciones, acaparar los productos, etc., y con esto han creado las condiciones propicias para la especulación y el contrabando de extracción.

Los grandes productores, importadores, distribuidores y comerciantes revenden los productos a los contrabandistas y buhoneros a precios más elevados a los establecidos gracias a la intervención positiva del Estado. Sin lugar a duda, estas acciones que son claramente delictivas,  generan la escasez y del desabastecimiento; un ciclo que se repite y repercute encareciendo aún más a los productos. La burguesía parásita se enriquece cada vez más, se enriquecen los grandes contrabandistas, se benefician los buhoneros, pero se perjudica el pueblo.

Pero allí no finaliza todo. La astuta y  carroñera clase política representante de esa casta de contrabandistas, ladrones y parásitos, pretende culpar al Estado y particularmente al Gobierno Revolucionario del crimen que comenten sus representados.

Según ellos, el Estado es el verdadero responsable de la escasez porque no ha desembolsado suficientes dólares para cubrir las importaciones (desde productos alimenticios, incluyendo los artículos de lujos para los ricos).

El diputado de derecha a la Asamblea Nacional, Julio Borges, ha manifestado en reiteradas oportunidades que el problema del desabastecimiento tiene solución en el momento que el Estado deje de intervenir directamente en la economía del país, cuando el gobierno genere las “condiciones”  para hacer que los privados produzcan más" y liberalice el dólar. Según Borges, sólo regresando al capitalismo salvaje “es posible cubrir las necesidades del consumo nacional”.

En el mismo orden de ideas se ha expresado el presidente de FEDECAMARAS, Jorge Roig, cuando expresó en sus últimas entrevistas que la escasez era motivada por los controles establecidos por el Estado, que la poca producción de la industria nacional era motivada también por la Ley del Trabajo; y que la ineficiencia de las empresas recuperadas por el Estado también ha repercutido en el desabastecimiento del país. Y por si no faltaba más para demostrar su astucia en el arte de la manipulación, Roig aseguró que la clase trabajadora estaba de acuerdo en que las empresas recuperadas vuelvan a manos de los privados.

Sin embargo estos astutos carroñeros de la política no dicen nada sobre sus verdaderas intenciones económicas para el país. Prefieren quedarse callados antes que debatir el modelo económico neoliberal que esconden tras sus mangas. Saben que no es conveniente que el pueblo conozca que proponen un verdadero paquetazo económico cuyas consecuencias sociales serían desastrosas.

Si el mercado fuese el "rector" de la economía, tal como propone la burguesía, entonces nada detendría una espiral hiperinflacionaria en Venezuela. Imperaría en el país la Ley de la Selva; del más fuerte; del solo el que tiene puede.

Seguramente, volverían aparecer aquellos productos que antes escaseaban, y abundarían en los anaqueles. Pero el pueblo trabajador, incluidos muchos de la capa media, no podrían adquirirlos. Entonces, otra vez, el pueblo volvería a rebelarse.

En 15 años la fracasada derecha venezolana ha intentado cualquier tipo de aventura violenta para hacerse con el poder del Estado, promoviendo un golpe de Estado, sabotaje petrolero, un intento de magnicidios y las últimas fracasadas aventuras de las guarimbas. Pero hoy, aunque parezcan un poco divididos, sus más pensantes dirigentes buscan cambiar de estrategia.

Algunos de los voceros de la derecha creen que ha llegado el momento de “jugar a la democracia”. Piensan y calculan maquiavélicamente con miras al 2015, porque en ese año la democracia representativa electoral brindará una nueva oportunidad para el reacomodo de las fuerzas políticas en un espacio estratégico como es la Asamblea Nacional.

La derecha juega sucio, estimula el desgaste de la revolución provocando más escasez y especulación, porque creen que esto les ayudará a desmovilizar al pueblo para imponerse en las elecciones legislativas y hacerse con el control de la Asamblea Nacional y, de esta forma, promover un golpe parlamentario parecido al ocurrido en Paraguay contra el ex presidente Fernando Lugo, o en Ucrania contra el ex presidente Viktor Yanukovich. Un golpe de Estado disfrazado de legítimo. 

Bravuconadas de Kiev


Por. Basem Tajeldine
Voces Contra El Imperio

Nadie en sus cabales podría atreverse a amenazar con una "gran guerra" a una de las más grandes potencias militares y nucleares que existe en la actualidad como es la Federación Rusa.

Solo un desquiciado mental, un ser anormal que se siente "guapo y apoyado” -así como decimos en Venezuela- podría atreverse a semejante bravuconada contra la potencia rusa.

Luego de los últimos acontecimientos, donde las milicias antifascistas del sureste de Ucrania forzaron a las fuerzas fascistas de Kiev a retirarse del aeropuerto de Lugansk, y que estas últimas fueron rodeadas también en Donetsk, la junta central de tendencia fascista y pro OTAN de ese país terminó por enloquecer.

Ante su derrota militar, el ministro de defensa de Ucrania, Valery Geletey, aseguró que su país se encuentra en el umbral de una "gran guerra" contra Rusia [1], asegurando que desde la Segunda Guerra Mundial no se había visto en Europa una gran guerra como hasta ahora. Y agregó en tono desafiante que "las pérdidas en una guerra así no se medirán en cientos, sino en miles y decenas de miles de víctimas, si las tropas rusas siguen avanzando por su territorio".

Por su parte, el archiconocido "rey de los chocolates", hoy presidente de Ucrania, Petro Poroshenko (que usurpa el poder en Kiev, tras el golpe de Estado perpetrado contra el presidente legítimo de ese país, Viktor Yanukovich), volvió a declarar que su gobierno recuperará la península de Crimea (hasta hace poco reunificada a Rusia) a cualquier precio [2].

Si los usurpadores de Kiev han enloquecido, no sucede lo mismo con la OTAN. Estos últimos entienden que no es sensato provocar a Rusia, y mucho menos cuando ésta ha dejado claro que no permitirá a la OTAN acercarse más a sus fronteras.

En la última reunión de ese organismo, el pasado 4 de septiembre, los presidentes acordaron reforzar “el flanco más vulnerable a la amenaza rusa: Europa del Este, así como estuvieron de acuerdo en diseñar un plan de respuesta rápida a ese reto que incluye la creación de una fuerza de despliegue inmediato frente a “cualquier posible agresor” [3] y un refuerzo de la presencia del organismo en países lacayos como Estonia (también país fronterizo de Rusia.

No obstante, la OTAN está consciente de que su línea roja se encuentra en Ucrania, y que de nada serviría incrementar una “fuerza de despliegue rápida” para hacer frente a una respuesta nuclear por parte de Rusia. Los juegos de guerras convencionales con importante número y movimiento de tropas entre potencias rivales, terminaron en el siglo pasado con el descubrimiento de la bomba atómica. Jugar con fuego nuclear sería el fin de toda la humanidad. 

La OTAN traga duro y colocará en cintura a sus cipayos de Kiev, y les recordarán que son un simple peón del juego en el gran tablero mundial.

Fuentes:
[1] Ucrania amenaza con una guerra a Rusia
[2] Poroshenko promete recuperar Crimea
[3] Cumbre de la OTAN