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miércoles, 23 de noviembre de 2011

Las empresas contratistas de mercenarias y los fundamentalistas islámicos (Parte VI)

Por. Basem Tajeldine
Miembro del Centro de Saberes Africanos
@BasemTajeldine

Hoy, cuando los medios transnacionales de difusión y fabricación de las noticias pretenden decirnos qué debemos conocer y/o entender de la penosa realidad que aqueja al mundo y cómo debemos pensarla, Estados Unidos y sus aliados de la Unión Europea e Israel continúan con sus practicas sistemáticas violatorias de todas las leyes y tratados internacionales haciendo de la muerte un gran negocio. A través de las Empresas Contratistas de Mercenarios (CM) los “think tank” imperiales logran lo que la opinión pública, las leyes internacionales y muchas veces a su propio ejercito se le dificulta: derrocar gobiernos seculares y progresistas para controlar así a países enteros por medio de agentes mercenarios a sus servicios. El Consejo Nacional de Transición en Libia (CTN) es ejemplo emblemático de ello.

Las CM han logrado hacerse de importantes negocios en las guerras contra Afganistán, Irak, Libia y en las agresiones a Siria, al tiempo que los medios transnacionales han logrado desviar la atención de muchos señalando a supuestos “conflictos internos” o “Guerras Civiles” donde EE.UU., lava sus manos y justifica su intervención en lo que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas denomina como “Responsabilidad de Proteger” a la población civil. Paradójicamente fue precisamente Estados Unidos quien en el pasado calificó el uso de grupos mercenarios por el rey de Inglaterra como “totalmente indigno de una nación civilizada”, y la Convención de Ginebra en su artículo 47 prohíbe el uso de grupos mercenarios en los conflictos armados a quienes define como “personas reclutadas, localmente o en el extranjero, motivadas por el lucro personal”. Y es así, pues, las CM no ocultan su afán de lucro.


El Complejo Militar Industrial y la economía de guerra que caracteriza la actividad económica de los Estados Unidos, así como el empleo de las más ilegales formulas y métodos “legalizados” de intervención para acabar con gobiernos progresistas a través de mercenarios representa fiel muestra de lo que muchos han señalado como la decadencia imperial, pero también la única forma de subsistencia que encuentra el Sistema Capitalista Mundial, pues necesita de las guerras para destruir y reconstruir fuerzas productivas; para confiscar las riquezas que disponen otros pueblos y así distraer en guerras interminables a la clase obrera mundial para protegerse y reproducirse. El prestigioso intelectual argentino Claudio Katz escribió en una ocasión que “El Pentágono no desenvuelve sólo guerras hegemónicas (como Inglaterra), al servicio exclusivo de su propia burguesía. Cumple un rol protector del sistema internacional de dominación. Si se omite esta diferencia, resulta imposible comprender la lógica de la política militar estadounidense. Esa orientación no está guiada sólo por los intereses de una potencia, sino por los propósitos más colectivos del capitalismo mundial” (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=133194)

jueves, 17 de noviembre de 2011

Las empresas contratistas de mercenarias y los fundamentalistas islámicos (Parte V)

Por. Basem Tajeldine
Miembro del Centro de Saberes Africanos
@BasemTajeldine

Luego de la invasión de EE.UU., a Irak y la rápida derrota del otrora importante ejercito iraquí que pretendió hacer frente a las fuerzas imperiales en una guerra de tipo convencional, la resistencia popular iraquí rápidamente comprendió que la única forma posible de enfrentar a las fuerzas invasoras era mediante la guerra de tipo asimétrica, o irregular. Jorge Verstrynge bien lo resume en su libro titulado “Guerra Periférica e Islam Revolucionario”, cuando refiere a que el tipo de guerra asimétrica permite hacer que el enemigo se desgaste y pierda “porque una guerra, al fin y al cabo, es una apuesta de riesgo calculado, en la que el beneficio que se espera es mayor a ese riesgo… Por tanto, si a través de la guerra asimétrica, tú consigues que el riesgo sea mayor al beneficio, el imperio no vendrá, porque no le compensa”. (Verstrynge, 2007).

Por esta razón el Departamento de Estado ha desarrollado varias estrategias militares llamadas contra-insurgencia recurriendo al uso de las Contratistas de Mercenarios para tratar de doblegar y destruir la resistencia popular iraquí y los grupos que se levantan en armas en otros países. La organización terrorista Al-Qaeda, que antes de la invasión a Irak había sido utilizada por los EE.UU., para atacar al gobierno de Saddan Hussein, ahora entraba en acción dentro del territorio iraquí para iniciar una guerra fratricida contra todos los grupos de la resistencia popular iraquí en nombre de la lucha contra la ocupación. Las acciones terroristas de Al-Qaeda contra la población civil y las mezquitas chiitas en Irak profundizó las divisiones sectarias entre la resistencia suníta y chiitas, lo que permitió a las tropas imperiales estacionarse y golpear con mayor fuerza y facilidad a todos los grupos rebeldes a la vez. La historia de todas las actividades de la organización Al-Qaeda demuestra su subordinación al juego bélico imperial.


Para ex congresista estadounidense por el partido verde, Cynthia McKinney, la escandalosa “Operacion Gladio” (que culminó en el asesinato del ex primer ministro italiano, Aldo Moro, que en el día de su secuestro, fue anunciar un gobierno de coalición que incluya al Partido Comunista Italiano) representa un ejemplo de la vida real, y que pudo aplicarse a otros países, de cómo el gobierno de los EE.UU., capta y contrata a miembros de los aparatos de seguridad de los Estado de varios países para sembrar el terror “en los ciudadanos inocentes con atentados terroristas en estaciones de trenes, disparando a los clientes en tiendas abarrotadas, incluso matando a los agentes de policía con el fin de convencer a la población en Europa a renunciar a sus derechos de cambio”. Para McKinney la Operación Gladio, junto con la Operación Northwoods y política de EE.UU. hacia Libia, nos muestran que los Estados Unidos está dispuesto a crear los grupos terroristas con el fin de justificar una lucha contra los terroristas o para destruir a la resistencia promoviendo en enfrentamientos sectarios. Para McKinney, “a esto sólo se ha logrado llegar después de los atentados terroristas del 09/11/01. EUA ha creado un gran laboratorio Gladio". (Continuará...)

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Las empresas contratistas de mercenarias y los fundamentalistas islámicos (Parte IV)

Por. Basem Tajeldine
Miembro del Centro de Saberes Africanos
@BasemTajeldine

Bajo el gobierno de Jimmy Carter (1977-1981), la CIA ejecuta una de las mayores operaciones secreta de su historia:«Con el apoyo activo de la CIA y el ISI de Pakistán, que deseaban convertir la Yihad afgana en una guerra global de todos los estados musulmanes contra la Unión Soviética, unos 35.000 radicales musulmanes de 40 países islámicos se unieron para luchar en Afganistán entre 1982 y 1992. Decenas de miles más llegaron para formarse en las medersas pakistaníes. Finalmente, más de 100.000 radicales musulmanes se vieron directamente influidos por la Yihad afgana». (Ahmed Rashid: «The Taliban, Exporting Extremism», Foreign Affairs, 1999).

Afirma el investigador de origen canadiense Michel Chossudovsky que “el apoyo del gobierno estadounidense a los muyahaidines se presentó a la opinión pública mundial como una «respuesta necesaria» a la invasión soviética de Afganistán en 1979 en auxilio del gobierno procomunista de Babrak Kamal. La operación militar y de inteligencia de la CIA en Afganistán, que consistió en crear las brigadas islámicas, se había lanzado bastante antes, no como respuesta a la entrada de las tropas soviéticas en Afganistán. De hecho, Washington provocó deliberadamente una guerra civil que ha durado más de 25 años. (Michel Chossudovsky, 2008. Al-Qaeda y la guerra contra el terrorismo)

Michel Chossudovsky (izquierda) y Fidel Castro

Otro investigador, también reconocido “think tank” de los intereses estadounidense, periodista ganador del premio Pulitzer y escritor, Steve Coll, reconocía las acciones secretas de su país en Afganistán siempre han sido parte de la Estrategia de Seguridad Nacional «En marzo de 1985, el presidente Reagan firmó la Directiva-Decisión de Seguridad Nacional nº 166, que daba luz verde a la ayuda militar secreta intensificada a los muyahaidines, dejando claro que la guerra secreta afgana tenía un nuevo objetivo: derrotar a las tropas soviéticas en Afganistán mediante acciones clandestinas y conseguir su retirada. La nueva ayuda secreta estadounidense empezó con un aumento significativo de los suministros de armas: un incremento constante que alcanzó las 65.000 toneladas al año en 1987, así como un ‘flujo incesante’ de especialistas de la de la CIA y el Pentágono que se desplazaron hasta los cuarteles secretos del ISI pakistaní situados en la carretera principal cercana a Rawalpindi. Allí, los expertos de la CIA se reunieron con oficiales de inteligencia pakistaníes para colaborar en la planificación de las operaciones para los rebeldes afganos». (Steve Coll, The Washington Post, 19 de julio de 1992.)
Hoy siguen existiendo muchas dudas sobre si la red terrorista Al-Qaeda se haya liberado completamente de sus creadores y ahora emprenda su yihad contra EE.UU. Muchos también somos de la opinión que Al-Qaeda contribuye en justificar la presencia del imperialismo en el mundo árabe. En la guerra e invasión contra Irak, año 2003, justificada en la existencia de armas de destrucción masiva en manos de Saddam Hussein (1937-2006) -que nunca se encontraron-, pero también sus supuestos vínculos entre Al-Qaeda y Saddam hussein habían sido otro pretexto utilizado por el Departamento de Estado para agredir a ese pueblo. Más tarde un informe del Senado de Estado Unidos desmentía la falsa acusación, pero ya el mal estaba hecho. La invasión y destrucción de Irak se había completado. (Continuará...)

Las empresas contratistas de mercenarias y los fundamentalistas islámicos (Parte III)

Por. Basem Tajeldine
Miembro del Centro de Saberes Africanos
@BasemTajeldine

Las Empresas Contratistas de Mercenarios (CM) han actuado en misiones de desestabilización de varios gobiernos soberanos que no se doblegan a los intereses de las transnacionales. La acción de estos grupos mercenarios busca promover la anarquía en aquellos países objetivos para justificar una intervención extranjera legalizada por organismos internacionales como el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CS-ONU) amparados en la “responsabilidad de Proteger” ala población civil y el “Estado Fallido” (http://www.fundforpeace.org/global/). Las CM fungen como fuerzas de desestabilización y ocupación encubierta. En Irak, Afganistán, Somalía, Sudan y ahora en Libia, así como en ciertos países Centro y Sur América las CM tienen como misión velar por el buen rumbo de las empresas transnacionales, apoyo a los gobiernos títeres, así como también destruir o controlar a los gobiernos o grupos beligerantes, sindicatos y movimientos políticos revolucionarios que hacen frente a las políticas expoliadoras de los capitales foráneos.

Pero cuando de estrategias militares se trata las CM pueden también cumplir un papel de chivo expiatorio. Mucho se ha documentado que estas también fueron sembradas en algunos países para justificar la intervención militar extranjera, esta vez amparada en la lucha contra el “terrorismo y el narcotráfico”. La historia reciente de Afganistán y más tarde de Irak, Pakistán, Yemen, Somalia y otros países nos devela este hecho. 


Se conoce que las organizaciones terroristas Al-Qaeda y el Taliban fueron creadas por la CIA en el marco de la Estrategia de Defensa Nacional de EUA para ser empleadas, en principio, para destruir a todos los gobiernos socialistas de la antes llamada República Democrática de Afganistán, aliada a la Unión Soviética, que antes habían dirigido a ese país entre los años 1978 hasta 1992. Paradojicamente, el actual presidente títere de Pakistán, Asif Ali Zardari, culpó hace poco a Estados Unidos de crear al Talibán, y reiteró que el combate al extremismo y el terrorismo es una responsabilidad compartida de la comunidad internacional. Zardari reconoció que el Frankenstein de la militancia terrorista fue creado por Estados Unidos en cierto momento con el objetivo de derrotar a la ideología rival, dijo el dignatario al reunirse con Stephen J. Hadley, exconsejero de Seguridad Nacional y asesor de Asuntos Internacionales del Instituto de la Paz de ese país. (www.bit.ly/qzUo33)

Muchas investigaciones recientes que hechas públicas afirman que Osama Ben Laden fue financiado por la CIA en la lucha contra las tropas del ejercito soviético y del gobierno de Afganistán en plena guerra fría. El apoyo iba desde la instrucción en combate hasta la entrega de armamento. Pero luego de la disolución de la URSS los engendros del Departamento de Estado pasaron a convertirse en sus propios enemigos. Es ahora, como nos cuenta el film hollywoodense, “Frankenstein se levantaba contra su creador, y este se ve obligado en destruirlo para salvar a los pueblos del mundo del horrible monstruo”.

Desintegrada la URSS en 1991, diez años más tarde, en el año 2001, transcurridos apenas unos minutos después de los atentados terroristas a las Torres Gemelas y el Pentágono del 9/11, los medios privados transnacionales y el Departamento de Estado habían logrado la epopeya al descubrir en tiempo récord al supuesto “cerebro” de aquellos ataques terroristas. Se culpó al jefe del grupo mercenario AlQaeda, Osama Bin Laden, un árabe musulmán de origen saudí que había sido reclutado por la CIA para combatir en Afganistán. (Continuará...)

Las empresas contratistas de mercenarias y los fundamentalista islámicos (Parte II)

Por. Basem Tajeldine
Miembro del Centro de Saberes Africanos
@BasemTajeldine

Las Contratistas de Mercenarios (CM) permite a los Estados y a sus élites dominantes limpiar sus manos de las acciones más funestas y sangrientas que pudieran afectar la “moral” de sus ejércitos regulares así como también evitar que dichas acciones terroristas perturben o influyan en la opinión pública mundial, pero sobre todo de los países que emplean a las CM. Es conocido y admitido ya por muchos investigadores que el Estado colombiano y su élite burguesa han empleado por más de 60 años unidades paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) para enfrentar a las fuerzas guerrilleras de izquierda Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y el Ejercito de Liberación Nacional, ambas bien conocidas por sus siglas FARC-EP y el ELN. Los grupos mercenarios paramilitares colombianos se encargan de las tareas más sucias y criminales que naturalmente el ejercito regular colombiano se cohíbe ejecutar como las masacres a comunidades enteras de campesinos que son acusadas de “colaborar con las guerrillas”, o porque simplemente sus tierras son requeridos para la explotación por los grandes consorcios transnacionales como la Chiquita Brands. Muy recientemente un grupo de víctimas de la violencia paramilitar entablaron una demanda por mil millones de dólares en Estados Unidos contra Chiquita Brands, acusada de auspiciar a las AUC.

El Departamento de Estado de EUA ha venido incrementando la participación de las CM como parte de una estrategia bien delineada en los documentos Estrategia de Defensa Nacional y el Libro Blanco del Comando Aéreo de Estados Unidos para neutralizar o eliminar a las fuerzas irregulares en la guerras asimétrica o no-convencionales que necesariamente adoptarían los Estados y los movimientos populares de la periferia capitalista como única forma de defensa de la agresión imperialista. Los mercenarios contratados por EUA son empleados para ejecutar misiones secretas de eliminación de la vanguardia de la resistencia popular o en las misiones de combates más difíciles y crueles, o cuando se requiera aterrorizar a la población civil para provocar una reacción de estas contra los gobiernos progresistas acusándolos de responsables.

  
Una de las CM utilizada por EUA para doblegar a la resistencia iraquí, luego del incremento de las acciones de la resistencia a partir de la invasión del año 2003, ha sido la infame Blackwater quienes, entre otras CM, han ejecutado misiones de guerra en ese país violando todo el ordenamiento jurídico internacional desarrollado en las Conversiones de Ginebra que prohíbe el uso de fuerzas mercenarias en acciones de guerra. A principios de 2008 eran ya más los contratistas empleados por los EE.UU. que soldados de ese país pues que “se estimaba que la cifra total había ascendido a 190.000. Un informe del Congreso de los Estados Unidos señaló que un 20% del dinero gastado por su país en Iraq en el periodo 2003 - 2007, aproximadamente 85.000 millones de dólares, se había empleado en contratar servicios a empresas militares privadas”. (ElPaís.es, 2008) (Continuará...)