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lunes, 3 de febrero de 2014

Francia oculta las verdaderas razones de su intervención en la República Centroafricana

La reconquista de las antiguas colonias


Por. Basem Tajeldine
Analista Internacional, investigador del Centro de Saberes Africanos

De la República Centroafricana (622.089 km2, habitado por 5 millones de personas), sólo se sabe que enfrenta un conflicto “étnico y religioso” y que “2,6 millones de personas necesitan asistencia humanitaria inmediata, y uno de cada cinco centroafricanos se encuentra desplazados internamente. Cifras que podrían aumentar a medida que el conflicto coloca a millones de personas en situación de riesgo” [1]. Sin embargo, nada se dice de las implicaciones de las trasnacionales francesas y del propio Estado francés tras el conflicto que vive aquél país.

Pocos medios internacionales se han preocupado en destacar informaciones precisas que nos permitan interpretar lo que realmente acontece hoy en la República Centroafricana. Existen poderosos intereses en el mundo a quienes conviene que muy poco o nada se divulgue sobre el fondo de los conflictos que se suscitan en el África negra. Para estos intereses y sus trasnacionales mediáticas, es necesario que la opinión pública mundial generalice y banalice la realidad que se presenta en varios países de aquél continente, fundamentalmente las hambrunas y los conflictos por disputa territorial entre las diferentes comunidades étnicas, de forma que permita condicionar la opinión para justificar la intervención militar de Europa y EE.UU bajo pretextos “humanitarios”. Mientras la sangre de los pueblos africanos es derramada a torrentes, las compañías petroleas y mineras de las potencias se prestan para apropiarse de sus riquezas.

La debacle económica-financiera que se vive en toda la Unión Europea incita a la rapiña de las potencias contra la periferia capitalista. Y es que las cosas no andan bien para la decadente Francia, que se ha visto en la necesidad de asaltar otras tierras para palear su crisis y mantener su hegemonía en sus ex colonias. Los datos económicos han revelado que el Producto Interno Bruto (PIB) de Francia ha venido cayendo [2], marcando la misma tendencia de los últimos años. Mientras que el desempleo ya rebasa las cifras oficiales calculadas en 11%.

Las políticas internas y externas asumidas por el régimen francés para enfrentar la crisis económica han terminado por desenmascarar al desprestigiado ultra-neoliberal con disfraz “socialista”, Presidente François Hollande, quién ha prometido nuevos recorte del gasto público de más de 50 mil millones de euros [3], al tiempo que urgió a los militares franceses para alistarse en una nueva aventura bélica contra otra ex colonia francesa para “proteger” a la población civil.

Después de hacerlo en Costa de Marfil, Libia y Mali, Francia ha decidido intervenir militarmente en la República Centroafricana para “llevar la paz” a ese pueblo. En efecto, Hollande no dudó en completar el envío de 1.600 “angelicales” soldados franceses para hacer la “paz” y salvar al pueblo centroafricano de la supuesta guerra étnica y religiosa.

El 6 de diciembre de 2013, durante la Cumbre África-Francia en el Palacio del Elíseo, François Hollande declaró a los medios que la operación militar en la República Centroafricana, que lleva por nombre “Sanguiris", es la respuesta a una "situación catastrófica que vive su pueblo, que ha pedido la ayuda de Francia (…) Los franceses deben estar orgullosos de intervenir en cualquier lugar desinteresadamente". Y como era de esperar, la ONU votó rápidamente la Resolución 2127, que autorizó la intervención militar gala.

Desde 1960 el pueblo centroafricano ha sufrido 6 golpes de Estado promovidos por intereses transnacionales que lo han llevado a la anarquía. Los sucesivos presidentes centroafricanos David Dacko, Bokassa 1º, André Kolingba, Ange F. Patasse, Francois Bozizé, Michel Djotodia, han sido corresponsables junto con Francia del desastre. A decir del reconocido investigador Olivier A. Ndenkop “la mano de Francia, potencia colonizadora, siempre fue vista o anunciada detrás de los diferentes golpes de estado” [4].

En su más reciente trabajo titulado “Las razones ocultas de la intervención francesa”, Ndenkop asegura que Francia siempre ha tenido intereses en la República Centroáfricana. “(Francia) Hoy en día controla la economía centroafricana. Bolloré tiene el monopolio de la logística y del transporte fluvial. Castel reina sobre el mundo del mercado de las bebidas y el azúcar. CFAO controla el comercio de vehículos. A partir de 2007, France Telecom entró en el baile. AREVA está presente en Centroáfrica aunque, oficialmente, el gigante nuclear no está sino en la fase de exploración. TOTAL refuerza su hegemonía en el almacenamiento y en la comercialización de petróleo”.

Ndenkop revela que el 4 de diciembre de 2013, mientras que las tropas francesas se aprestaban para tomar la dirección de Bangui, el Ministro francés de economía, Pierre Moscovici, se encontraba reunido con Ministros, Jefes de Estado y con más de 560 empresarios franceses y africanos para tratar de salvar la posición de Francia en África.

Pero la pregunta crucial que muchos se hacen es ¿Por qué Francia busca por medio de la guerra lo que siempre ha podido conseguir en relativa paz?

Para el investigador Olivier A. Ndenkop la respuesta es: China, la verdadera amenaza para el Elíseo.

Desde que China hizo su entrada crucial en África en búsqueda de materias primas, fundamentalmente de hidrocarburos, una suerte de hechizo conjurado por Francia hizo que se atizaran todos los conflictos étnicos y religiosos en ese país y en otros países del continente para derrocar a aquellos gobiernos que se han aliado al gigante asiático.

La mayor parte de las inversiones chinas se han concentrado en Nigeria, Sudáfrica, Sudán, Argelia, Zambia, Ghana, República Democrática del Congo y Etiopía [5].

Ndenkop afirma que “François Bozizé, quien tuvo el tiempo de hacerse elegir presidente en 2005, no resistió las proposiciones de China, que ha multiplicado las ayudas y ha aumentado sus inversiones en todo el continente con menos condicionamientos. Lo cual contrasta con la arrogancia y el paternalismo de los "socios tradicionales" de África”.

En marzo 2013, el depuesto presidente François Bozizé revelaría para Radio Francia Internacional (R.F.I.) lo que muchos suponían " Di el petróleo a los chinos y esto se volvió un problema (…) me tumbaron por culpa del petróleo".




Fuentes: