Translate

miércoles, 11 de diciembre de 2013

La irrebatible victoria Bolivariana y las tareas pendientes


Por. Basem Tajeldine
Cerca de 80% de las alcaldías del país, entre ellas; 14 de las 24 ciudades capitales y 30 de las 40 ciudades más pobladas de Venezuela, todas conquistadas por las fuerzas revolucionarias, no pueden significar menos que Aplastante victoria Bolivariana del 8-D. Varios los medios internacionales de Europa, y algunos en EE.UU., han terminado por reconocer lo incuestionable; la verdad manifiesta de la clara consciencia de las mayorías del pueblo venezolano que desea mantener y profundizar la Revolución Bolivariana. El pueblo venezolano volvió a pronunciarse a favor de continuar la lucha para hacer realidad aquel viejo sueño de construir una sociedad donde reine la igualdad junto a la justicia; una sociedad genuinamente humanistas: el Socialismo. 
A pesar de la criminal guerra económica y la guerra mediática sin cuartel que pretendió desacreditar el liderazgo del Presidente Nicolás Maduro; a pesar los problemas que aún subsisten en las diferentes instituciones del Estado, las bases populares del chavismo han demostrado en esta última contienda electoral ser un bloque sólido, cargado de mucha lealtad y consciencia de la coyuntura política que atraviesa el país, y de su deber social. La derecha bastarda que siempre ha despreciado al pueblo, nunca esperó tales resultados. Apostó al desgaste del gobierno, a la desmoralización y desmovilización del pueblo que, según ellos, lograrían por medio de la guerra económica y su campaña engañosa que buscaba mimetizarse en las banderas de justicia social propias de la revolución, pero fracasaron nuevamente. 15 años de fracasos consecutivos no es poca cosa para soportar.
Lo peor que podían esperar los bastardos de la derecha trasnochada, sucedió. El Camarada Presidente Nicolás Maduro ha salido fortalecido de esta nueva contienda electoral. Los pocos pensantes que vagan en la periferia del parasitismo político venezolano, entre los más “notable” de estos, Rafael Poleo, habían advertido que si se continuaba sembrando la matriz de opinión y confundiendo las elecciones municipales con un “plebiscito”, la consecuencia política de su pérdida sería “un efecto dominó” que terminaría por legitimar al Presidente Maduro desmontando la mentira del supuesto “robo de las elecciones presidenciales” del pasado 14 de Abril, y dificultar todo futuro esfuerzo por recomponer la trillada matriz de opinión de “baja popularidad”, “ilegitimidad”, “ingobernabilidad”, etc. Ahora tendrán que inventarse otra.
Bien lo manifiesta Alejandro Fierro, periodista y miembro de la Fundación CEPS, cuando, en un artículo publicado para el diario español Público.es dice lo siguiente:
Si se acepta la teoría de la oposición de que estas elecciones eran una consulta sobre Nicolás Maduro, entonces no cabe duda de que el presidente ha sido el gran triunfador. Esta victoria es más suya que la del pasado 14 de abril, cuando llegó a la Presidencia por apenas el 1,5% de los votos. La derecha le ha ridiculizado sin piedad y no le ha concedido un mínimo margen de maniobra. Maduro ha resistido pacientemente la acometida opositora. En las últimas semanas ha tomado medidas contundentes para bajar unos precios hinchados de forma artificial por la clase empresarial con el objetivo de desestabilizar a su Gobierno. Dichas medidas, que cuentan con el respaldo de más del 70% de la población según los sondeos, han sido decisivas en la victoria”. [1]
Por otro lado, las fuerzas políticas que apoyan la revolución también demostraron una importante cohesión, aunque en algunas pocas localidades la división y los candidatos paralelos hicieron que se perdieran espacios no menos significativos. Los casos ocurridos en Monagas, Barinas y Lara deben promover la reflexión necesaria de todos los dirigentes políticos. El Gran Polo Patriótico (GPP) debió actuar con mayor vehemencia, puesto que su responsabilidad es fundamental para dirimir las diferencias y hacer promover a los cuadros más aptos, de comprobada reputación y reconocimiento político por el pueblo, para dar la batalla y asegurar la victoria en los diferentes espacios políticos de elección popular.
Pero lejos del triunfalismo que gratamente hoy nos invade, los días y meses siguientes deberán dedicado a la reflexión profunda. Urgen muchas cosas para asegurar la Revolución Bolivariana y llevarla al punto de no retorno. Mucho de lo que se requiere para alcanzar este vital objetivo se encuentra enmarcado en el Plan de la Patria 2013-2019. En lo político: urge recomponer la dirección del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y fortalecer al GPP, darle a este último mayor organicidad y preponderancia en la cotidianidad política del país. Urge también dar un impulso a la Escuela de Formación de Cuadros del PSUV que inteligentemente ha sabido dirigir un digno revolucionario, el camarada Jesús Farías, a quién el eterno Comandante Chávez confió esa importante misión meses antes de su partida física. En lo económico: urge desarrollar las fuerzas productivas del país bajo relaciones sociales socialistas, también bajo empresas mixtas con la mayoría accionaria del Estado en los aspectos fundamentales de la economía. En lo estructural: urge desmontar al Estado burgués y seguir construyendo la Comuna. Hoy vuelven a resonar las palabras del gigante Chávez cuando dijo “¡Comuna o nada!”. Esa será también tarea de los nuevos alcaldes.       
El imperialismo no se puede permitir el “mal ejemplo” que representa Venezuela. Por ello es de esperar que siga apoyando a sus lacayos de la burguesía “venezolana” apéndices de los capitales transnacionales para continuar su guerra sucia contra el gobierno que dirige el Presidente Nicolás Maduro. Venezuela sigue siendo ejemplo y esperanza para otros pueblos en el mundo que luchan contra el criminal sistema capitalista.


Fuentes: