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martes, 8 de mayo de 2012

De la imparcialidad frente al enemigo



 Por. Basem Tajeldine
Centro de Saberes Africanos

La “imparcialidad” política frente al enemigo común juega un papel destructivo para el campo revolucionario. La “imparcialidad” es, en el fondo, parcialidad política hacia éste; es apoyo indirecto y no menos criminal al agresor. Quienes desde la izquierda callan o apoyan la caída de gobiernos legítimos por grupos armados anárquicos sin bandera política claramente definida que cuentan con total respaldo de Estados Unidos y sus aliados no pueden ser considerados, sino como estúpidos, infiltrados y destructores del campo revolucionario. Si bien existen gobiernos cuyas políticas no llenan las expectativas de la izquierda, que han cometido serios errores, pero que de cierta forma han hecho uso soberano de algunos recursos que disponen, esto no debe ser motivo suficiente para callar o apoyar ante una agresión imperial. 

La posición de algunos seudo-izquierdistas frente a la vil agresión en Libia y el brutal magnicidio del líder libio Gaddafi a mano de supuestos “luchadores por la libertad” o “revolucionarios” -como han preferido calificar a los mercenarios- no deja de llamarnos la atención. Seudo-teóricos de izquierda han llenado páginas de los medios privados transnacionales y alternativos con innumerables artículos para seguir justificando lo injustificable. Ahora, cuando algunos comienzan a darse cuenta del  error cometido, ya es demasiado tarde. De los arrepentidos no vale la pena hablar, pero si de quienes continúan esgrimiendo argumentación de “izquierda” para favorecer a los “think tank” del imperialismo en su necesidad de convencer a la opinión pública mundial de la nueva “benevolencia imperial”.

Santiago Alba Rico, quien se dice “defensor de la Revolución Bolivariana” es, sin lugar a duda, un seudo-teórico de la nueva “izquierda otanista” de mucho cuidar. Su arrebato contra la Jamahiriya Libia y descarado apoyo a la agresión de la OTAN y a sus mercenarios, ahora la reproduce contra el gobierno sirio.  De su último artículo titulado: “Siria, ¿Última parada de las revoluciones árabes?” publicado en la Web Rebelion.org (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=147758) he resaltado las siguientes expresiones en subrayado:

“El caso de Siria es el más doloroso. Tan legítima y espontánea como la de sus hermanos árabes, su revolución democrática contra 40 años de dictadura parece amenazar el orden regional y la paz mundial y resucitar el fantasma de la Guerra Fría. Su insistencia heroica frente a la represión ha activado la intervención de toda una serie de potencias y subpotencias que tratan de explotar o anular el movimiento popular sin alterar de manera significativa el “equilibrio” de las últimas décadas. El sostén al régimen por parte de China, Rusia, Irán e Hizbulá se yuxtapone –más que oponerse– al interés de Israel, EE UU, la UE, Turquía y los países del Golfo en erosionar la dictadura en su provecho, pero evitando una verdadera democratización del país y una guerra a gran escala.”

¿Extraña rebelión espontanea esa que cuenta con grupos armados y apoyo armamentístico de EE.UU. Europa, Israel y sus vasallos en la región? ¿Acaso dejó de ser Estados Unidos e Israel  la verdadera amenaza para la región y el mundo? ¿Acaso la resistencia del Hizbulá e Irán no han alterado ese equilibrio? ¿Qué entiende por “democracia” Santiago Alba Rico?

Quienes han sido consecuentes en la batalla y denuncia contra el imperialismo y cuentan con mucho peso moral y ético para respaldar sus posiciones, como el camarada Fidel Castro Ruz, seguramente estarían dudando mucho de estos “seudo-izquierdistas”.

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