Por Basem Tajeldine
Analista Internacional
Las potencias que están tras la
desestabilización y las muertes en Siria pretenden manipular a la opinión
pública mundial y hacer que el mundo desconozca los esfuerzos del gobierno
sirio en salir del conflicto al que ha sido llevado. El mundo debe reconocer
que ha sido precisamente el gobierno sirio de Bashar Al Asad el primer
interesado en conseguir la paz negociada para su país y el primero en aceptar
la mediación de Naciones Unidas en su propuesta de Plan de Paz acordado en el
Consejo de Seguridad (con apoyo de Rusia y China) que dirige su enviado
especial Kofi Anan.
Pero Siria no enfrenta a fuerzas
nacionalistas y progresista que cuentan con un proyecto nacional de
reivindicaciones y revolución social, sino, todo lo contrario. Se trata, más
bien de una invasión mercenaria apoyada por Estados Unidos e Israel y por
algunos petromonarquías cipayos de la
región. El Estado sirio enfrenta a grupos terroristas salafistas traídos de
varios países del mundo árabe y de fuera, miembros de AlQaeda y los Hermanos
Musulmanes quienes pretenden destruir al único gobierno Panarabista de la
región, romper la unidad del país para conformar en ese territorio varios Emiratos
de acuerdo a las . Es el mismo plan imperial del “Nuevo Medio Oriente” definido
por la administración Bush y reajustado por Obama.
El jefe de la misión de
observadores, el general noruego Robert Mood, dijo suspender los trabajos del
equipo por la ola de enfrentamientos que se registran en ese país. Mood segó a
los observadores para evitar que vean los crímenes que ejecutan los mercenarios
en ese país. Indiscutiblemente, las valientes fuerzas armadas sirias enfrentan
a grupos terroristas bien entrenados y pertrechados por occidente. Al tiempo que Turquía hace su parte enviando
un avión militar de reconocimiento para provocar a Siria. Con el derribo del
avión de guerra F-4 turco las fuerzas armadas y el gobierno sirio demostraron
al mundo su poder y determinación cuando se trata de defender la sagrada
soberanía patria.
Nada ni nadie intimida al
gobierno sirio.
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