Por. Basem Tajeldine
Centro de Saberes Africanos
La situación política en
Egipto se torna tensa e interesante. Las pungas internas por el control del
poder del Estado han develado los verdaderos intereses que se esconden tras los
actores visibles. Algunos hablan sobre un pacto entre la Hermandad Musulmana
(HM) y el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), otros apuestan por un
desenlace prometedor. Pero los últimos movimientos dejan mucho qué pensar. Lo ilusionados
se estrellan contra la realidad.
Ante el previsible desgaste
político que depara un posible pacto político entre el CSFA y la HM, estos
podrían apostar por confrontar a la cúpula del CSFA. Para ello, la HM
necesitaría el apoyo de un importante sector de los militares para enfrentar a
su elite, amparados en la legitimidad popular del actual Presidente egipcio Mohamed
Mursy. Pero, es aquí cuando ineludiblemente también entrarían en el juego otros
actores regionales. La HM estaría obligada en acercarse más a la República
Islámica de Irán, a Rusia y China. La entrada de Irán, Rusia y China (estos dos
últimos países pivotes de los BRICS) en el tablero del ajedrez egipcio -y
regional también- configurarían lo que el propio Mursy definió hace poco como
“el equilibrio estratégico en la región”, permitiéndole a la HM independizarse
definitivamente de la decadente Arabia Saudita y enfrentar con éxito al CSFA.
Los BRICS e Irán tienen mucho más que ofrecer al pueblo egipcio que Estados
Unidos y sus aliados europeos.
Es obvio suponer que, de
concretarse esta hipótesis, el CSFA se adelantaría e intentarían ejecutar un Golpe
de Estado contra Mohamed Mursy, desencadenando así una escalada de hechos
sangrientos que justificarían la intervención extranjera de EE.UU. en defensa
de sus aliados. Pero Mursy y la HM no son personas de inmolarse. De hecho ya han
contado con el apoyo y reconocimiento de Estados Unidos, y Mursy dijo que respetará
todos los acuerdos internacionales, entre ellos el más importante y que refiere
a Israel: los infames acuerdos de Camp David.
La reciente visita de la actual Secretaria de Estado estadounidense, Hillary
Clinton, a Egipto selló el pacto entre la CSFA y la HM. La HM no se atreverá a
cambiar el orden de la región, y seguirá sirviendo a los intereses imperiales,
ahora bajo una nueva tónica y discurso. La traición se encuentra nuevamente
servida contra el pueblo de Gamal Abdel Nasser. Pero el futuro de la revolución
iniciada en Egipto todavía está por verse.
Hillary Clinton y Mohamed Mursy
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