Por. Basem Tajeldine
Aún no ha terminado la Conferencia de Ginebra 2.0 sobre el conflicto en
Siria, y muchos estudiosos ya se han adelantado a decir que la tan publicitada Conferencia
está condenada al fracaso y apuntan a que será la repetición de la pasada
Conferencia de Ginebra 1.0, realizada en junio de 2012, “una conferencia de
sordos”, por lo que no hay que esperar nada importante.
Como las esperanzas son las últimas que se pierden, siempre se impone la
opinión de quienes creen posible “un milagro” que obligue a las hienas
hambrientas pro-imperialista presentes a respetar el derecho internacional. Sin
embargo, las esperanzas terminan estrellándose contra el muro de la realidad. Mucho
está en juego tras la aparente diplomacia y las falsas voluntades políticas que
derrochan algunos de los auspiciadores del “dialogo por la Paz en Siria”. Las
grandes transnacionales mediáticas han hecho creer al mundo que se trata de una
guerra religiosa; de un dictador que masacra a su pueblo, que no quiere la paz,
etc., pero pocos saben que dentro de las fronteras de Siria se encuentra en
disputa la hegemonía de EE.UU. y sus aliados sobre esa importante región que no
están dispuestos a perder [2].
EE.UU., sus aliados Europeos y lacayos en la región tienen mucho que perder
en Siria, y desde el comienzo apostaron al fracaso de Ginebra 2.0, porque saben
que la Paz en Siria sería la victoria de las fuerzas de la resistencia de la
región hoy liderizada por Irán, y, en su defecto, la pérdida de la influencia
imperial con la contención de Israel y la derrota del proyecto de la monarquía
wahabí-saudita. Como es natural, el fracaso de la Conferencia de Ginebra 2.0
necesita un responsable. Los medios transnacionales se han adelantado a culpar
al gobierno sirio.
Es oportuno recordar que apenas un día antes de iniciarse la reunión en
Montreux, Suiza, el 21 de Enero, el Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon,
había retirado la invitación a la República Islámica de Irán (aliado del
gobierno sirio), porque, según Ki-Moon, “Irán no aceptaba los principios
de normalización establecidos en el comunicado de Ginebra que pasaba por un
gobierno de transición en Siria” [1].
Como era de esperar, de las mil interpretaciones que habían surgido de los
acuerdos de Ginebra 1.0, el Secretario Ban Ki-Moon encontró los “argumentos”
para apoyar el chantaje de los opositores al gobierno sirio de evitar la
participación de Irán en la nueva conferencia. Ésta había sido la primera coartada
que auguraba el fracaso de la misma.
Vale recordar que en
los primeros acuerdos de Ginebra 1.0 nunca existió una cláusula donde el
gobierno sirio haya aceptado la conformación de un gobierno de transición
dirigido por la Coalición Nacional Siria (CNS). Pero los portavoces de la
oposición siria presente en Ginebra 2.0, Monzer Akbik y Ahmad Jarba, insisten
en que “podrían abandonar las negociaciones en cualquier momento y
que la cláusula sobre el Gobierno de transición había sido incluida en el
comunicado de Ginebra 1.0” [3] sin presentar prueba alguna al respecto.
Es absurdo pensar que
el gobierno sirio habría aceptado reunirse nuevamente en Ginebra 2.0, si su
renuncia habría sido el propósito de la misma, pues, nadie conoce al Presidente
sirio Bashar Al Assad por su vocación suicida, ni mucho menos se cree que sus
tropas hayan sido derrotadas militarmente por grupos de fanáticos yihadistas
bien pertrechados por Occidente.
Sin embargo, el
gobierno sirio ha aceptado sentarse a negociar con los representantes de la CNS
pese a la predisposición de sus voceros, y a sabiendas de que éstos no tienen
ninguna incidencia sobre el terreno militar sirio. Cabe destacar que, meses
atrás, los grupos terroristas vinculados a Al-Qaeda, el Frente Al-Nusra y El
Estado Islámico de Irak y el Levante (financiados por Arabia Saudita y armados
por EE.UU. Israel y Europa), habían derrotado y desplazado al Ejercito Libre
Sirio (ELS) que fungía como brazo armado del CNS. Los yihadistas vinculados a
Al-Qaeda denunciaron como falsos voceros de la oposición a los representantes
del CNS.
EE.UU. y sus aliados
han subestimado la fuerza y la capacidad de resistencia del gobierno y del pueblo
sirio. La realidad del terreno militar sirio y la pobreza de sus representantes
políticos en Ginebra 2.0 han desconcertado a los verdaderos artífices de la
guerra en Siria quienes no perdieron la oportunidad para asestar nuevas
amenazas.
Para agregar más leña
al fuego, el Secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, expresó al principio
de la conferencia que "Cuando el Presidente Barack Obama tomó la decisión
de un posible uso de la fuerza contra Siria, lo hizo en el contexto del
problema de las armas químicas", y agregó que Washington “sigue estudiando
esta opción dependiendo de lo que suceda en el futuro" [4].
En respuesta, el
Ministro de Exteriores sirio, Walid Al Mualem, levantó la voz de la dignidad de
su pueblo señalando a EE.UU. y a Europa que "Les hemos desenmascarado,
podemos ver lo que tratan de conseguir. Realmente quieren agravar la situación
en el país, están invirtiendo sus petrodólares en mercenarios, se comportan
como bárbaros (…) el verdadero dialogo será con el pueblo sirio” [5].
No creemos en milagros.
El gobierno y el pueblo sirio dependen y seguirán dependiendo de su resistencia
para alcanzar la verdadera Paz cuando logren derrotar a los grupos mercenarios
de Al-Qaeda. Quizás sea ese el milagro que no esperan los agresores. Quizás sea
ese el milagro que terminará por derrotar los planes imperiales sobre la
región.
Fuentes:
[3] http://actualidad.rt.com/actualidad/view/117868-gobierno-transicion-demanda-oposicion-siria-ginebra