Por. Basem Tajeldine y Leonardo Hernández
Centro de Saberes Africanos
Ningún
gobierno está exento de los intereses y del chantaje de las potencias
occidentales. Mucho menos si es reservorio de significativas reservas de
petróleo y gas (12 mil millones de barriles en petróleo y 4.500 miles de
millones de metros cúbicos de gas) que posee la República Argelina Democrática
y Popular (RADP) [1].
Era de esperar que occidente
(principalmente Estados Unidos y Francia) también tenga sus manos metidas,
hasta el fondo, en la actual disyuntiva que enfrenta el pueblo argelino, y
pretenda aprovechar la actual coyuntura política electoral, que tendrá lugar
próximamente en la RADP, para imponer sus groseros intereses a través de sus
más fieles representantes.
Luego de la revolución argelina, que
puso fin al colonialismo francés en 1962 y proclamó el carácter socialista de
dicha revolución, el pueblo argelino ha experimentado el retroceso en las
políticas socialistas luego de la desaparición física del líder revolucionario
Huari Bumedian (1925-1978),
bajo el mandato del derechista Chadli Benyedid,
en 1981, quien terminó por imponer políticas de apertura a Occidente.
Nuevamente, Argelia enfrenta el dilema por una posible sucesión que podría
definir su futuro.
Un poco de historia reciente.
Las
rebeliones populares árabes (“Primavera Árabe”) iniciadas en el año 2010 en
Túnez y Egipto, no alcanzaron a la RADP gracias a la rápida intervención del
gobierno del Presidente Abdelaziz Bouteflika, que hizo una serie de concesiones
políticas, reforzó la seguridad nacional y utilizó los ingresos provenientes de
las ventas de los hidrocarburos para calmar las incipientes protestas
registradas sólo en algunas pocas localidades de ese país.
De esta forma, el gobierno impidió que
el caos se apoderara de Argelia, y los aparatos de seguridad lograron
neutralizar rápidamente a los grupos yihadistas que aprovecharon la coyuntura
política-social de toda la región, así como el apoyo militar brindado por
Francia y Estados Unidos, que habían iniciado acciones terrorista en Libia,
teniendo como segundo objetivo a la RADP. El gobierno argelino no iba a
permitirse bajo ninguna razón o circunstancia que su país volviera a ser presa
de los grupos yihadistas (Frente Islámico de Salvación), que provocaron los
sangrientos episodios de la guerra terrorista suscitada en 1991.
Las rápidas políticas económicas y de
seguridad desarrolladas por el gobierno de Bouteflika permitieron que éste
ganara suficiente fortaleza política y el apoyo popular de las masas para poder
presentarse, nuevamente, a las próximas elecciones presidenciales
programadas para el 17 de abril del presente año. Muchos reconocen a Bouteflika
como un factor importante para
el mantenimiento de la estabilidad, la seguridad y la unidad nacional en ese
país.
Sin embargo, se produce un revés en
esta nueva coyuntura, derivado del accidente cerebro-vascular (ACV) adolecido
por el Presidente Bouteflika en abril de 2013, se ha generado un debate
político interno en Argelia sobre un posible escenario de traspaso del poder,
alimentado principalmente por las pocas apariciones públicas y discursos del
mandatario desde que sufrió dicha
enfermedad.
Situación Actual
El
pasado 22 de febrero, el Primer Ministro Abdelmalek Sellal, anunció la
candidatura del Presidente Bouteflika. El Presidente hizo entregar su Carta de
Intención. El Primer Ministro aseguró que a pesar de que el Presidente
Bouteflika no se ha recuperado totalmente de la enfermedad, éste goza de todas
sus capacidades mentales e intelectuales para seguir gobernando, y que la
postulación a un cuarto mandato se da por la insistencia y el apoyo del pueblo
argelino.
El
Presidente Bouteflika recurre a la fortaleza de su gestión gubernamental, es
decir, a la estabilidad y seguridad que ha prevalecido en Argelia bajo su
gobierno. Tomando en cuentan que éste país es considerado por occidente como
aliado clave en la lucha contra el terrorismo en la región (franja
septentrional de África).
La
candidatura del Presidente Bouteflika es respaldada por los partidos de
gobierno Frente de Liberación Nacional (FLN) y la Agrupación Nacional
Democrática (RND), así como también, por pequeños partidos como el Partido del
Renuevo Argelino y Alianza Nacional Republicana. Sin embargo, el anuncio de la
candidatura de Bouteflika es criticado por el principal partido aliado del
gobierno, Movimiento Social por la Paz (MSP), y por otros como el Djil Djadid
(Nueva Generación) y el Movimiento Ennahda; los cuales han hecho llamados a
boicotear el proceso electoral por considerar que no están garantizadas las
condiciones para la celebración de unas elecciones libres y transparentes.
La
estabilidad que ofrece el Presidente Bouteflika no termina de convencer a un
sector de la clase política argelina, que ven su candidatura como un intento para perpetuarse en
el poder. Ese sector manifiesta desconfianza en la capacidad física e
intelectual del Presidente para continuar gobernando y argumentan que en las
pocas apariciones públicas que ha hecho el mandatario argelino se le ha visto
en silla de ruedas y con dificultades para hablar.
Algunos
medios internacionales como El País de España aseguran que existen fracturas
entre el FLN y el Servicio Secreto Militar Argelino (dos de las instituciones
más poderosas de Argelia). Según este medio, el servicio secreto ha hecho
público una serie de actos de corrupción, donde están involucrados altos
funcionarios del Ejecutivo. [2]
Las manifiestas contradicciones entre
los altos funcionarios del Estado pudieran provocar divisiones en el seno de la
sociedad argelina, debilitar la seguridad del Estado y facilitar la
infiltración dentro del territorio argelino de los grupos
yihadistas-terroristas que operan en la zona del Magreb. Situación en la que
occidente pudiera sacar mayor provecho político para imponer a sus lacayos más
serviles como candidatos para las próximas elecciones presidenciales. El
Presidente Bouteflika ha hecho un llamado en los últimos días a la unidad y al
respeto entre las instituciones públicas.
A
pesar de que un sector de la clase política no apoya las aspiraciones del
Presidente para un cuarto mandato, éste sigue gozando de un importante apoyo
popular. El pasado 03 de marzo presentó en persona al Consejo Constitucional su
candidatura, con más de un millón de firmas recolectadas en todo el país
respaldando sus aspiraciones para un nuevo mandato.
Otra vez China como pretexto de las hienas
Uno
de los intereses de occidente por acabar con el gobierno nacionalista de
Bouteflika es la creciente penetración de China en el continente africano,
siendo Argelia (y en particular bajo el gobierno de Bouteflika) uno de los
principales socios en la región del gigante asiático. Esto se ve reflejado en
la profundización de las relaciones que tuvo lugar el pasado 24 de febrero,
donde la relación bilateral entre estos países fue llevada a una asociación
estratégica, siendo la primera que establece la nación asiática con un país
árabe. [3]
Aunque
la mayor parte de las exportaciones de África a China son de petróleo. También
China exporta hacia África equipamiento para transporte y comunicaciones,
además de maquinaria y productos electrónicos. De las exportaciones que se dan
desde África hacia China, un 70% son de petróleo y gas natural, un 15% de
minerales y metales y un 10% de manufacturas [4], lo que ha
permitido diversificar las relaciones con ese continente.
El
gigante asiático que experimenta un impresionante crecimiento anual de entre 8 y 10% de producto interno bruto
(PIB), necesita cada día de más y mejores fuentes de materia prima. Su primer
contrato de importación de petróleo con África fue en 1998 con Nigeria. Pero el
comercio de crudo con China no ha dejado de aumentar. A la lista se agregaron
nuevos países que exportan crudo a China, tales como Angola, Argelia, Sudán, La
República del Congo, Guinea Ecuatorial y Egipto.
China
está llevando a cabo una agresiva estrategia de expansión y reposicionamiento
en África, que ha conducido a muchos analistas a formular opiniones
encontradas. Unos consideran que la estrategia de China constituye una forma de neocolonialismo, pero menos
agresivo que aquel llevado a cabo por occidente en África desde el XVIII hasta
la actualidad.
Otros
consideran que China está otorgando verdaderas oportunidades de desarrollo a
las naciones africanas, con
beneficios compartidos y sin injerencia en los asuntos internos de esos países.
China rechaza la acusación de ser una potencia neo-imperialista, y siempre se
ha preocupado por destacar que su balanza comercial con África es equilibrada,
además de que los créditos que ofrece a los países africanos son blandos
y sin las condicionalidades que impone el Fondo Monetario Internacional y el
Banco Mundial, que exigen duros planes de ajuste a cambio de financiamiento.
Occidente
(Estados Unidos y la Unión Europea), que se ve afectado por la crisis
estructural del sistema capitalista, ve cada día con mayor oposición a los
gobiernos que levantan banderas de soberanía nacional y desarrollan acuerdos
bilaterales con potencias como China.
Por esta razón, el gigante asiático se
ha convertido en un real dolor de cabeza para las transnacionales francesas y
estadounidenses que cada día ven perder sus mercados y fuentes de materias
primas, frente a los atractivos negocios que proyectan los capitales chinos.
El papel del Frente de Liberación Nacional
(FLN)
El
partido de gobierno FLN que ha dominado la dinámica política argelina desde la
independencia en 1962, de ideología panarabista, y que aglutina a sectores
militares nacionalistas y a políticos de corte bumedianistas y reformistas; entiende el tablero del
juego del geopolítico occidental que se desarrolla en toda la región. El FLN
comprende las amenazas que se ciernen contra su país, rodeado de países poco
amigables como Libia, Mali y Marruecos que cuentan con presencia y apoyo de la
Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN).
Por otra parte, el gobierno argelino
ha procurado mantener estables las amplias relaciones económicas con occidente,
principalmente con Europa, puesto que por su ubicación geográfica este mercado
el resulta natural y el más importante para la colocación de sus
hidrocarburos. En efecto, gasoductos submarinos conectan a Argelia con Europa,
con importantes proyecciones futuras [5].
La
RADP es un país soberano, el FLN mantiene un rol importante en materias
sensibles de política exterior como su apoyo al Frente Polisario (a la
República Árabe Saharaui Democrática),
que lucha por la liberación de sus territorios del colonialismo
marroquí; ha mostrado su respaldo al gobierno del Presidente sirio, Bashar al
Asad, quien se enfrenta a
grupos islamistas y terroristas que intentan hacerse del control político de
esa nación, apoyados por occidente; también ha procurado que las alianzas
económicas y comerciales que mantiene con occidente no sean impedimento para la
diversificación de sus mercados con nuevos socios como China. Obviamente, esto
irrita mucho a los arrogantes de occidente.
Fuentes