Por. Basem
Tajeldine*
Analista
Internacional - Voces Contra el Imperio
Las abundantes
informaciones de inteligencia que han sido revelada por distintos medios
internacionales como RussiaToday (canal de noticias de Rusia) y por PRESSTV
(canal de noticias de Irán) sobre la invasión de fuerzas mercenarias a la
República Árabe Siria, se trata de un plan bien diseñado por EE.UU. y sus
aliados de la región y Europa que se encuentra en marcha desde el inicio de los
conflictos en ese país, y que cuenta con la participación de más de miles de
mercenarios traídos de varias partes del mundo árabe, entre ellos mercenarios
integristas libios, jordanos y sauditas (salafistas) y de mercenarios de la
organización terrorista AlQaeda, entre ellos traidores sirios, para
desestabilizar y destruir al único gobierno laico, pan-arabista y legítimo de
la región que encabeza el Dr. Bashar Al Asad. El plan de EE.UU. supone una
invasión masiva y desesperada de fuerzas mercenarias que, apoyadas por la
fuerza aérea de algunos países de la región, y con la participación directa de
Reino Unido, crearían una especie de “cabeza de playa” así como ocurrió contra
la Jamahiriya Libia del mártir libio
Muammar Al Gaddafi, cuando los mercenarios libios radicados en la ciudad
de Benghazi contaron con el apoyo de la aviación y de fuerzas especiales de la
OTAN.
Los varios
incidentes fronterizos que han sido frustrados por las fuerzas militares del
Estado sirio, anunciado también por PRESSTV y la televisaras estatales de
Siria, se inscriben como parte de la preparación y ejecución de ese mismo plan.
Según comentan
algunos analistas entrevistados por PRESSTV en días pasado, Reino Unido y de
algunos países del Golfo violarían todas las resoluciones del Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas que no permiten la intervención armada de fuerzas
extranjeras en Siria (gracias al veto de Rusia y China) y atacaría los puestos
de control y bases militares fronterizas de siria para permitir la entrada
masiva de fuerzas mercenarias a ese país. El plan estipula erigir una nueva
“Benghazi” esta vez en Siria. Pero este plan militar podría fracasar
rápidamente, pues, las fuerzas armadas del Estado sirio cuentan con una
capacidad de respuesta misilistica muy significativa capaz repeler cualquier
agresión mercenaria y aérea extranjera. Por ello los estragegas militares de
EE.UU. entienden que cualquier acción militar exitosa contra las fuerzas del
Estado sirio pasa por una intervención militar extranjera a gran escala de forma
que permita destruir la capacidad de respuesta de ese país. La Rusia de
Vladimir Putín, consciente de este peligro se opone vehementemente a la
intervención militar extranjera y ha pedido a la OTSC (Organización del Tratado
de Seguridad Colectiva) que se prepare para un despliegue de «chapkas azules» en Siria. El secretario
general de la OTSC, Nikolai Bordyuzha, ya confirmó que dispone de 20 000
hombres inmediatamente disponibles y perfectamente formados para ese tipo de
misión [1]. La situación en Siria podría provocar una nueva guerra
mundial.
Lo cierto es que
la invasión mercenaria en Siria ya es un hecho. Las tropas militares del Estado
sirio han venido combatiendo contra grupos mercenarios bien pertrechados por
Occidente, que han penetrado y salido de Siria a través de sus fronteras con
Turquía, Líbano, Irak y Jordania, contando con el apoyo de algunos de sus
gobiernos. En reiteradas ocasiones, el Presidente sirio Bashar Al Asad y
movimientos civiles de Siria y varias partes del mundo han responsabilizado a
estos grupos terroristas de las masacres perpetradas en la localidad de Al
Houla, y en otros poblado pertenecientes a Homs, que han cobrado la vida de
cientos de civiles inocentes, la mayoría de ellos afectos al gobierno sirio. El
plan bautizado por la administración de W. Bush (hijo) denominado “El Nuevo
Gran Medio Oriente”, y adaptado por la actual administración de Obama, busca
generar guerras civiles en toda la región, con enfrentamientos sectarios entre
las diferentes comunidades religiosas de esos países para dividir aún más los
territorios árabes, derrotar la Causa Árabe de forma que permita a los Estados
Unidos re-hegemonizar una región que poco a poco ha venido perdiendo. La salida
desastrosa de las tropas estadounidense de Irak en diciembre de 2011, la hábil
resistencia del Hezhballah en el Líbano y la digna posición de la República
Islámica de Irán, así como la fracasada guerra de la OTAN en Afganistán, la
caída de sus títeres como: Hosni Mubarak (en Egipto), de Zine El Abidine Ben
Ali (en Túnez) y de Ali Abdullah Saleh (en Yemen), así como la
desestabilización de la monarquía títere de Bahrein (Donde se emplaza la 5ta
flota de los EE.UU.) representan, sin lugar a dudas, una clara muestra de la
perdidas sufridas por Estados Unidos e Israel. La realidad en la región
desespera a los estrategas militares de EE.UU.
Las acciones
terroristas perpetradas por los grupos mercenarios apoyados por Occidente, e
imputadas rápidamente al gobierno sirio por las transnacionales de la
información, han permitido justificar la agresión extranjera y la intervención
descarada de la mal llamada “Comunidad Internacional”, so “pretexto” de la
“Responsabilidad de Proteger” a civiles inocentes. Lo más espantoso, y
paradójico a la vez, es que los mismos grupos mercenarios en Siria se han
atribuido la responsabilidad de varios asesinatos selectivos de militares
sirios, también han reiterado públicamente que no acatan la propuesta de paz
traída por el enviado especial de Naciones Unidas, Kofi Annan, y que continuarán
su lucha armada contra el gobierno legitimo de ese país hasta sus últimas
consecuencias. La posición manifiesta por los grupos armados en Siria confirma
el carácter antidemocrático, mercenario y terrorista de estos.
Vale recordar que
ha sido el mismo gobierno sirio el único en aceptar el plan de paz de Naciones
Unidas, al tiempo, también, ha desarrollado vías internas alternativa para una
salida política negociada a la conflicto que ha promovido Occidente. La reforma
constitucional aprobada con una aplastante mayoría en consulta popular, la más
resiente elecciones parlamentarias en ese país, etc. han concedido la apertura
de mayores espacios democráticos en el país y reafirmado el liderazgo del
presidente Bashar Al Asad.
*
Basem Tajeldine, es venezolano, Analista Internacional, investigador del
Centro de Saberes Africanos. Especializados en temas del Medio Oriente y el
Norte del África.