Por. Basem
Tajeldine
El surgimiento y afianzamiento de nuevos
espacios económicos y políticos multipolares, así como las crecientes contradicciones
entre estos por la hegemonía mundial, los conflictos e intervenciones
estadounidenses, junto a sus aliados europeos, en África y el Medio Oriente, han
servido de ejemplos en Latinoamérica para acelerar los pasos en la conformación
de un nuevo bloque regional de poder que permita blindar de estabilidad a toda
la región para poder afrontar los desafíos inscritos en la crisis mundial
capitalista.
Pero existe algo más. Quizás más en
Latinoamérica, que en cualquier otra parte del mundo, existe la voluntad
política y claridad de muchos de sus líderes que siguen con cuidado las
experiencias que se suscitan en otras latitudes para evitar repetir los mismos
errores.
La UNASUR es el espacio político por excelencia
que se superpone al resto de los mecanismos económicos de integración; el mayor
de estos es, sin lugar a dudas, el MERCOSUR.
Hoy la UNASUR se encuentra dando pasos
agigantados para el afianzamiento del nuevo bloque de poder regional. Las
últimas reuniones de alto nivel llenan de esperanzas y proyectos concretos a
nuestros países.
En la reciente reunión de los Ministros de
Defensa del bloque se alcanzó definir un plan que promete cambiar de tajo la
influencia y decadente posición militar dominante y chantajista de Estados
Unidos sobre nuestros países: una Escuela Suramericana de Defensa y la
fabricación regional de Aviones No Tripulados (Drones) ponen los pelos de punta
al decrepito Tio Sam.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
escribe tu comentario