Por. Basem Tajeldine
Voces Contra el Imperio
Quienes responden
afirmativamente dan por sentado que la llegada de los Hermanos Musulmanes al
poder en Egipto significó una verdadera revolución para ese país. Más, sin
embargos, somos muchos quienes creemos que no fue así, y que el “mubarakismo
sin Mubarak” pretende aferrarse, ahora bajo un disfraz religioso. La primavera
árabe ha resultado ser el más frío invierno para sus pueblos. Bien lo manifestó
el vicecanciller sirio que estuvo de visita en Venezuela, Dr. Faizal Al Mokdad,
cuando refiriéndose al tema dijo: “extraña esta primavera árabe que todavía no
ha dado la primera flor”.
El Islam político reaccionario
ha llegado al poder en esa región, de la mano de Estados Unidos, para intentar
perpetuar el decadente sistema de dominación imperante. Los cierto es que los últimos
acontecimientos políticos producidos en la República Árabe de Egipto podrían
degenerar en una nueva fase de violencia e inestabilidad para ese país. Una
verdadera revolución se encuentra germinando en las entrañas de ese país. Las últimas
manifestaciones producidas en Egipto motivadas por una “Declaración
Constitucional” emitida por el presidente egipcio y miembro de la Hermanada
Musulmana, Mohamed Morsy, donde se
arroga poderes dictatoriales, manifiestan el fortalecimiento de los movimientos
y partidos laicos de izquierda: nasseristas, socialistas y comunistas, aunque
también las pretensiones de algunas fuerzas reaccionarias del pasado intentan
sacar provecho de estas y pasarle factura a los islamistas.
El actual presidente Egipcio las
tiene todas en contra. Habrá que recordar que Morsy llega al poder en ausencia
de un marco constitucional y a escasos días de que la Asamblea del Pueblo fuera
disuelta por una decisión del otrora Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (N°
350 del 15/06/2012) alegando “inconstitucionalidad en el proceso para la
elección de sus miembros”. Pero su aceptación por Estados Unidos fue a cambio de su reconocimiento del tratado de Camp David y la aceptación de las condiciones del FMI para el préstamo que su gobierno ha solicitado a dicho organismo.
En esta oportunidad quedará por
verse si Morsy, que enfrenta un fuerte rechazo de amplios sectores de la
población egipcia, vaya a mantener su posición. Incluso ya habla en las calles
de revolución. Hasta el momento Morsy no ha dado señales de dar macha atrás en
sus decisiones, pero ha manifestado su disposición a dialogar con todas las
fuerzas políticas y los jueces para alcanzar "un terreno común".
Esta es la segunda
ocasión que el mandatario egipcio aprovecha una situación bélica para adelantar
acciones políticas y legales que le permitan hacerse del control de todas las
instituciones del país. La primera ocasión fue la generada por el atentado
terrorista perpetrado por un grupo yihadista en el Sinaí que acabó con la vida
de más de 16 militares egipcio, esa oportunidad fue aprovechada por el
Presidente Morsy para destronar a la cúpula castrense que controlaba el
ejercito y poseía algunas prerrogativas de Estado hasta ese momento.
La resolución de este
conflicto sin duda marcará el destino del gobierno de la Hermandad Musulmana en
Egipto.
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