Por. Basem Tajeldine
Miembro del Centro de Saberes Africanos
@BasemTajeldine
Luego de la invasión de EE.UU., a Irak y la rápida derrota del otrora importante ejercito iraquí que pretendió hacer frente a las fuerzas imperiales en una guerra de tipo convencional, la resistencia popular iraquí rápidamente comprendió que la única forma posible de enfrentar a las fuerzas invasoras era mediante la guerra de tipo asimétrica, o irregular. Jorge Verstrynge bien lo resume en su libro titulado “Guerra Periférica e Islam Revolucionario”, cuando refiere a que el tipo de guerra asimétrica permite hacer que el enemigo se desgaste y pierda “porque una guerra, al fin y al cabo, es una apuesta de riesgo calculado, en la que el beneficio que se espera es mayor a ese riesgo… Por tanto, si a través de la guerra asimétrica, tú consigues que el riesgo sea mayor al beneficio, el imperio no vendrá, porque no le compensa”. (Verstrynge, 2007).
Por esta razón el Departamento de Estado ha desarrollado varias estrategias militares llamadas contra-insurgencia recurriendo al uso de las Contratistas de Mercenarios para tratar de doblegar y destruir la resistencia popular iraquí y los grupos que se levantan en armas en otros países. La organización terrorista Al-Qaeda, que antes de la invasión a Irak había sido utilizada por los EE.UU., para atacar al gobierno de Saddan Hussein, ahora entraba en acción dentro del territorio iraquí para iniciar una guerra fratricida contra todos los grupos de la resistencia popular iraquí en nombre de la lucha contra la ocupación. Las acciones terroristas de Al-Qaeda contra la población civil y las mezquitas chiitas en Irak profundizó las divisiones sectarias entre la resistencia suníta y chiitas, lo que permitió a las tropas imperiales estacionarse y golpear con mayor fuerza y facilidad a todos los grupos rebeldes a la vez. La historia de todas las actividades de la organización Al-Qaeda demuestra su subordinación al juego bélico imperial.
Para ex congresista estadounidense por el partido verde, Cynthia McKinney, la escandalosa “Operacion Gladio” (que culminó en el asesinato del ex primer ministro italiano, Aldo Moro, que en el día de su secuestro, fue anunciar un gobierno de coalición que incluya al Partido Comunista Italiano) representa un ejemplo de la vida real, y que pudo aplicarse a otros países, de cómo el gobierno de los EE.UU., capta y contrata a miembros de los aparatos de seguridad de los Estado de varios países para sembrar el terror “en los ciudadanos inocentes con atentados terroristas en estaciones de trenes, disparando a los clientes en tiendas abarrotadas, incluso matando a los agentes de policía con el fin de convencer a la población en Europa a renunciar a sus derechos de cambio”. Para McKinney la Operación Gladio, junto con la Operación Northwoods y política de EE.UU. hacia Libia, nos muestran que los Estados Unidos está dispuesto a crear los grupos terroristas con el fin de justificar una lucha contra los terroristas o para destruir a la resistencia promoviendo en enfrentamientos sectarios. Para McKinney, “a esto sólo se ha logrado llegar después de los atentados terroristas del 09/11/01. EUA ha creado un gran laboratorio Gladio". (Continuará...)
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