Los venezolanos, los latinoamericanos, el mundo cuenta con líderes genuinos, sinceros, corajudos y arrojados sin igual. Fidel y hoy Chávez representan la dignidad, la moral y el ejemplo del sentir y acción de verdaderos revolucionarios. El incrédulo extranjero y el inepto burgués han experimentado espasmos por la inagotable actividad del Comandante Chávez en estos días de tragedias naturales, pero quienes conocemos al Comandante no nos asombra su arrojo, pues no esperábamos menos de un ser sincero que lleva consigo el sentir y el dolor de su pueblo en lo más profundo de su corazón. Más que una consigna, ¡Chávez es pueblo! ¡Chávez es amor! Nuevamente las lluvias han causado estragos en gran parte del país. Las cifras de damnificados sobrepasan las 100 mil personas. Incuantificable daños materiales y varias vidas humanas se han perdido. El dolor de los afectados se consuela con el amor del Comandante. Los más afectados, como siempre, han sido los mismos parias de la historia; la clase proletaria; el pueblo que había sido confinado por la burguesía en los cerros y barrios del país, carente de servicios y urbanismo; carentes de sistemas de drenaje adecuados, muy parecidos a los Ghettos que recuerdan a la vieja Europa del siglo pasado y a la Palestina ocupada de hoy (Gaza).
Para la adversidad están hechos los verdaderos líderes. Lenin, Mao, Nasser, Fidel, El Ché y Chávez son hijos de la adversidad, y los pueblos lo reconocen.
Algunos extranjeros y otros “nacionales” no se explican cómo y por qué el Chávez ofrece el palacio presidencial, Miraflores, como centro de refugio para decenas de compatriotas que lo han perdido todo. Chávez nuevamente dio un ejemplo difícil de emular por la burguesía. Los espacios de las Fuerzas Armadas Bolivarianas, Hoteles del Estado, y algunos hoteles privados han sido tomados por órdenes del Comandante Chávez para socorrer a los afectados. Para la burguesía, estas acciones han sido “un sacrilegio que atenta contra la sagrada propiedad privada”. Si los pobres y sus sufrimientos importan y duelen al “buen” burgués, los damnificados estarían tranquilos, pero ¿Por qué la Iglesia no presta sus espacios para albergar a los damnificados? ¿Por qué la burguesía no emula al Comandante y ofrece los espacios “dorados” del Contry Club? La caridad burguesa no llega tan lejos, pero la estupidez de sus creyentes sí.
Canalla burguesía (una especie animal carroñera) esperaba sacar provecho político de la tragedia de otros. Algunos se prestaron al show de la manipulación del los sentimientos del pueblo al retratarse dentro del fango de una de las zonas afectadas. Pero en allí se quedaron. Allí, algunos recordaron al fundamentalista evangélico norteamericano Pat Robertson cuando dijo “la tragedia de Haití es un castigo divino por la osadía de zafarse del yugo francés” y culparon al pueblo venezolano por esa misma osadía. Es un castigo de Dios.
Pero tarde entendieron que en la adversidad Chávez y revolución se crecen; que de la tragedia de nuestro pueblo no pueden sacar provecho.
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