Por. Basem Tajeldine
@BasemTajeldine
La República Popular China se ha convertido en
uno de los aliados estratégicos más importante de la República Bolivariana de
Venezuela. Desde el inicio de la Revolución Bolivariana dirigida por el gigante
y siempre Comandante Hugo Chávez el país ha venido experimentado un vuelco muy
interesante en la geopolítica mundial, llevándola a unirse con importantes
actores mundiales que hoy se rebaten posiciones de poder contra el prepotente imperialismo
estadounidense y a jugar un exitoso papel en el ajedrez político mundial nunca
antes imaginado. Si de sólo relaciones económicas se tratase, China es
considerada como el aliado estratégico más importante para el desarrollo
económico de Venezuela, seguido por Rusia, Belarús, Cuba, Irán, Brasil y
Argentina. Pero cuando agregamos otros factores con mucho más peso e incidencia
directa en la sociedad venezolana, entonces Cuba se ubicaría en el primer lugar
como aliado estratégico fundamental de la Revolución Bolivariana, seguido
después por China y otros países.
China puja por convertirse en el aliado más
importante de América Latina mientras Estados Unidos yace inmóvil sin poder
evitarlo. La diplomacia china ha abierto sus brazos a la
región fortalecido sus alianzas comerciales fundamentalmente con aquellos países
que hoy toman distancia de las arrogancias políticas imperiales que pretende
seguir tratándolo como “patio trasero”.
Según los últimos
estudios económicos de la región, el informe de la CEPAL entre ellos, “el
análisis de los mercados latinoamericanos muestra su tendencia hacia las
economías asiáticas, sobre todo a la de China. El país aporta el 40 % de todas
las inversiones que recibe América Latina, que se ha convertido en su principal
destino fuera de Asia para las inversiones directas. Su Gobierno tiene especial
interés en las explotaciones de cobre de Chile y Perú, de hierro y acero de
Brasil y Perú, de gas y petróleo de Argentina, Bolivia, Ecuador, Perú y
Venezuela, de estaño de Bolivia y de níquel de Cuba. Por otro lado, China es también parte de los países
que conforman el bloque BRICS; el gigante asiático ha superado a los Estados Unidos en la balanza
comercial entre ambos países; además posee la reserva internacionales de
dólares más grandes del mundo (calculadas en más de 3,3 billones de dólares*) y
trabaja hábilmente porque en el futuro cercano su moneda (el yuan) se convierta
moneda de reserva y transacción mundial desplazando al dólar **.
Un artículo
aparecido en la Web www.rebelión.org del reconocido escritor Xulio Ríos, director del Observatorio de la Política
China, titulado China y Venezuela en la era Post Chávez *** recoge unas notas muy interesante sobre las
crecientes relaciones entre ambos países. Xulio manifiesta lo siguiente:
“La visita del
vicepresidente Arreaza tuvo un perfil más económico, con tres ejes esenciales.
En primer lugar, alargar el espectro de una cooperación diversificada pero
también muy centrada en los sectores energético o tecnológico, abriéndola a
otros campos, y muy concretamente al agrícola. Venezuela dispone de unos 30
millones de hectáreas con potencial para la agricultura y la seguridad
alimentaria es una cuestión clave que preocupa a ambos países. La Misión
AgroVenezuela para elevar la producción agrícola no ha dado los resultados
esperados. China ha desarrollado en los últimos años múltiples mecanismos de
cooperación en este campo con países de África, América Latina o Rusia,
incluyendo el alquiler o la compra de tierras para producir alimentos
destinados a su enorme población en un contexto de reducción de las tierras de
cultivo por causa del impulso a la urbanización. Venezuela ansía un socio que
le permita desarrollar con éxito un sector agroalimentario propio”… (Continuará…)
Fuentes:
*** http://www.rebelion.org/noticia.php?id=171913&titular=china-y-venezuela-en-la-era-post-ch%E1vez-
Tu artículo abre un panorama magnífico en lo que se supone una alianza internacional. No es la primera vez que esto ocurre y, en efecto, esto favorece la economia y el sinergismo de las partes. Los venezolanos sienten un especial interes por inversionistas extrangeros para acelerar un poco la economía y verse beneficiados. Lamentablemente el estigma imperial mantiene vigente el interes de que ellos sean quienes, una vez más, inviertan en nuestro territorio. La cultura oriental ha estado tan aislada de nuestro entendimiento tal como en nuestro surcontinente ocurre con Brasil. Estamos acostumbrados, y esto es mi analogia, al pensamiento occidental, bien manipulado inclusive por la cinematografía estadounidense, que los vemos aun el el siglo XX como la panacea globa y a china como el Karate, el animé y la meditación. Lamento reconocer que el interés del venezolano es egocentrista y siempre estará marcado por la moda (marcas) y por el querer consumir más y más independientemente de quien venga.
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