Por. Basem
Tajeldine
La reciente victoria militar de las legítimas fuerzas
armadas sirias sobre el estratégico bastión mercenario-terrorista de Al-Qusair,
provincia de Homs, Siria, ubicada cerca de la frontera con Líbano, en parte gracias al oficial apoyo prestados
a los militares sirios por la resistencia libanesa del Hezballah,
presagia el trágico paradero de todos los traidores y terroristas apoyados por
Estados Unidos, Europa e Israel.
Informaciones manejadas por muchos analistas
del conflicto sirio y medios de difusión reconocen que miles de mercenarios
apoyados por Occidente y sus aliados (Estados Unidos, Europa, Turquía y las
petro-monarquías de la región) se habían desplegado en la estratégica ciudad de
Al-Qusair, por donde accedían a las armas enviadas por EE.UU. e Israel a través
de Líbano y que eran distribuidas a todos los grupos terroristas en las zonas
aledañas. Otras informaciones ya muy divulgadas por todos los medios expresan
que las fronteras con Turquía, y especialmente la ciudad de Alepo (a escasos
kilómetros de las fronteras turcas), es el último bastión de importancia con el
que cuentan los grupos mercenarios takfiristas apoyados por Occidente.
Luego de esta victoria del
ejército sirio en Al-Qusair, su gobierno se ha propuesto ahora a concentrar todas
sus fuerzas para la reconquista del último bastión estratégico terrorista de
Aleppo, también utilizada para el tráfico de armas y mercenarios venidos de
varios países extranjeros, muchos de estos de origen no árabe entre los cuales
se encuentran paquistaníes, afganos, chechenos, kosovares y de países europeos.
El propio ministro británico de Exteriores, William Hague, ha confesado ante
los medios que actualmente existe “un número sustancial” de ciudadanos
británicos luchando en Siria junto a grupos extremistas y terroristas contra el
gobierno del presidente Bashar al-Asad.
Hague reconoció que esto ha incidido en el aumento del extremismo en el
país europeo, lo que se considera una amenaza contra la seguridad nacional del
Reino Unido, tanto en la actualidad como en el futuro [1]. Tanto el ministro Willam Hague como todo el reino y sus
aliados europeos poseen un gran dolor de cabeza y ruegan porque sus mercenarios
no vuelvan a casa, puesto que estos volverían con mucha más experiencia de
guerra lo que sería un peligro incontrolable.
Otras informaciones aun más
alarmantes que la expresada por el ministro britanico Willam Hague, son las
dadas a conocer por el diario alemán “Die Welt” que reveló un hecho bien
conocido por muchos. Según el mismo diario que toma informaciones de la
inteligencia alemana dice “que el porcentaje de los que llevan la nacionalidad
siria en el llamado “Ejército Libre” no supera el 5%, mientras que el índice
más grande lo constituyen los grupos fundamentalistas procedentes de Libia y
los países de África y que vinieron a Siria para la llamada “yihad”, con apoyo
oficial de los Estados del Golfo Árabe. El diario citó un informe oficial que
incluye los números precisos sobre las nacionalidades de los combatientes del
“Ejército Libre” y sus concentraciones en varias zonas de Siria [2].
Los avances de las tropas sirias han generado
un efecto dominó que ya ningún medio extranjero puede ignorar ni seguir
ocultando.
Según datos de la OTAN publicados
por el diario The World Tribune, el presidente sirio, Bashar Al Assad, está
ganando la guerra mercenaria apoyada desde el extranjero, y lo hace con el
apoyo del 70% de los sirios. Según expresa el diario “Tras más de dos años
de guerra en Siria, el apoyo popular al Gobierno de Bashar Al Assad
ha aumentado de manera considerable. Al Assad está ganando porque el pueblo
coopera con él en contra de los rebeldes” [3].
¿Serán estas las razones que han
desconcertado a muchos líderes europeos que hoy buscan limpiar sus manos por lo
que hoy ocurre en Siria? ¿Será esto lo que rechaza el alcalde de Londres Boris
Johnson en sus últimas críticas por los sucesos en Siria [4]?
Por su parte Estados Undios. continúa
jugando con su política de doble rasero a la que han estado acostumbrados por
mucho tiempo. Mientras manifiestan en reuniones públicas con Rusia
(Kerry-Lavrov) estar “interesados” en la búsqueda de salidas políticas al
conflicto en Siria, pretendiendo también lavar sus manos por sus relaciones con
los terroristas salafistas-takfiristas ligados a Al-Qaeda, al mismo tiempo
mantienen la entrega de armas e información de inteligencia y logística a los mismos
y azuzan a sus lacayos miembros del Consejo Nacional Sirio en el extranjero a
mostrarse desinteresados por la Conferencia de Ginebra en las que se plantearía
un posible proceso democrático que incluya en Bashar Al Assad o algún miembro
del partido Baaz como candidato en unas futuras elecciones en Siria [5].
La insistencia en falsa excusa esgrimidas
por Estados Unidos sobre el supuesto “uso de armas químicas por parte de las
fuerzas armadas sirias”, que repite el mismo guión utilizado por George W. Bush
contra Irak para justificar la invasión estadounidense en el año 2003, podría terminar
por aplazar la conferencia de paz estimada a celebrarse en Ginebra a finales de
julio y hundir a Siria en un conflicto de desgaste interminable donde no
faltarán armas ni mercenarios para ese fin.
Dependerá de la resistencia del
pueblo y ejercito sirio y de la ayuda que prestan los países y movimientos de
resistencia aliados a Siria hacer que los mercenarios pro-occidentales muerdan
el polvo de la derrota para de esta forma obligar a Estados Unidos y sus
aliados en aceptar sin remedios una salida política negociada.
Fuentes:
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