luego de la victoria del candidato de la patria Nicolás
Maduro.
Por. Basem Tajeldine y Laila Tajeldine
#VocesContraElImperio
Hasta las piedras saben que lo disputado en Venezuela el 14 de Abril es
muy importante y tendrá su impacto no solo en el país, sino en toda la región y
el mundo. En el país se debaten dos modelos profundamente antagónicos. El
pueblo decidirá entre continuar con el legado del Comandante Chávez y
profundizar la revolución para alcanzar la máxima soñada por los socialistas:
producir y distribuir las riquezas para el pueblo “de cada quien según su
capacidad y a cada cual según sus necesidades” o volver al pasado, restaurar el
viejo modelo representativo y entreguista
de la burguesía parásita venezolana.
Las inmensas reservas petroleras, gasíferas y auríferas de Venezuela, su
ubicación geopolítica, pero también su ejemplo de rebeldía antisistema la
convierte en un país de extrema importancia geopolítica y estratégica no sólo
para todas las fuerzas de izquierda de la región, sino también para Estados
Unidos. Luego de la misteriosa muerte del Comandante Hugo Chávez a causa de un
cáncer muy agresivo –por las últimas
revelaciones, cada día cobra mayor fuerza la hipótesis de un cáncer provocado o
inoculado por los servicios secretos estadounidenses- todos los movimientos
y declaraciones políticas de los voceros del Departamento de Estado de Estados
Unidos y de sus lacayos de la derecha venezolana presagian escenarios
violentos. Algunos analistas hablan sobre la activación de la segunda parte de
aquél plan de agresión ya conocido que consiste en la “desestabilización
política del país con la mayor reservas petrolíferas del mundo, para dar
pretextos a una intervención extranjera bajo el vulgar pretexto de la
“responsabilidad de proteger” y que termine por imponer una “junta de
transición” en el país.
Estados Unidos ha
logrado imponer sus intereses en el mundo por la fuerza y la manipulación de
los organismos internacionales, pero Venezuela ha sido una piedra muy difícil
de roer. El arrogante y prepotente imperio estadounidense no descansará hasta
destruir la Revolución Bolivariana. Sus descaradas acciones criminales e
injerencistas en el mundo, y particularmente contra Venezuela, presagian nada
bueno. La promoción de conflictos internos contra gobiernos soberanos y
progresistas en África y el Medio Oriente, y el sometimiento de aquellos
pueblos por gobiernos serviles a los intereses euro-estadounidenses han sido
parte también de la historia reciente que pretenden reeditar en Venezuela, pero
les ha sido muy difícil hasta ahora. La Venezuela bolivariana, independiente y descarrilada
para ellos ha sido extremadamente respetuosa de los derechos humanos, de las
libertades políticas y de presa al punto que raya el libertinaje.
Equivocadas
apreciaciones.
Algunos desde la
izquierda califican de tonto al candidato de la ultraderecha venezolana,
Enrique Capriles Radonsky, por aceptar y someterse a su previsible sepultura
política “definitiva” porque perdería nuevamente en las próximas elecciones
presidenciales del 14 abril. Algunos compañeros piensan que los partidos
tradicionales de derecha (AD y COPEI) aprovecharían esta oportunidad para
terminar por sacarse “la piedra en sus zapatos” que representa Primero Justicia
PJ para los viejos partidos de la Cuarta República, y esperarán por otra
oportunidad futura, o por el desgaste de la revolución para enfrentarse al
futuro candidato de los rojos. También están quienes piensan que los más
ultrosos de PJ y sus aliados buscarán desestabilizar el país para solicitar una
intervención extranjera.
Muchas razones poseen
nuestros camaradas, pero es muy ingenuo y simple este análisis.
La Revolución
Bolivariana no enfrenta simplemente a la burguesía parásita representada en sus
payasos inscritos en los partidos tradicionales de la cuarta república, ni
mucho menos a los hijos políticos de estos: PJ, Nuevo Tiempo, Voluntad Popular
etc. Ellos no son nuestra mayor amenaza. La revolución enfrenta al mismo
dueño del circo: al imperialismo estadounidense, quién interviene en el
juego político interno del país a través de sus lacayos representantes de la
derecha Venezuela.
Los enemigos de la
Patria son conocidos por su irresponsabilidad política hartamente demostrada en
los últimos 14 años. Si Capriles Radonsky aceptó entrar en esta contienda
política es porque tiene seguridad de algo. Es por ello que en nuestros
análisis toma dos escenarios distintos al anterior: uno impredecible por todos,
y otro apuntando al después.
El primero, es el
retiro del candidato de la ultraderecha de las elecciones presidenciales,
aunque esta posibilidad parece ya descarta. El Segundo, viene acompañado con
las declaraciones del Departamento de Estado en voz de Roberta Jackobson,
también por las últimas palabras de Aveledo, Marquina y Machado quienes
continúan desacreditando al sistema electoral venezolano buscando calentar las
calles, generar escenarios de violencia y muertes, antes y luego del resultado
electorales para cantar finalmente “fraude”. Todo esto sería secundado por los
medios de la tergiversación nacional e internacional, acompañados con
levantamientos civiles y militares.
El desenvolvimiento
de los acontecimientos futuros podría escapar de las manos de sus provocadores
responsables y hacer que la violencia termine por imponerse para así buscar una
la intervención extranjera justificada en “proteger a la población civil”,
“proteger los intereses de Estados Unidos”, “calmar” al país y acabar con la
“ilegitimidad” del proceso. Pero este escenario, aunque soñada por los más
ultrosos reaccionarios, sería muy difícil que ocurra debido a la vocación
pacífica de la mayoría del pueblo venezolano y la acción de los organismos
internacionales UNASUR, CELAC y ONU (veto de China y Rusia) que buscarían
evitarlo. Este escenario no sería de mucho provecho político para Estados
Unidos.
El gobierno
revolucionario ha prendido todas sus alertas y se prepara para cualquier
escenario. Todos sus voceros y líderes populares han hecho imperativos llamados
al pueblo para no caer en las provocaciones y violencias que solo convienen a
intereses desestabilizadores. El gobierno bolivariano debe seguir indagando y
develando los planes para neutralizarlos
a tiempo, todo a favor de la estabilidad de la Patria y la protección del voto
soberano de nuestro pueblo venezolano que está decidido a continuar la construcción
del socialismo con Nicolás Maduro, hombre del pueblo, un Camarada integro, hijo
de nuestro Chávez.
Pero el
imperialismo es paciente y evita cometer errores y desgastarse en el
inmediatismo propio del desespero. Aunque si bien es cierto que existen grupos
incontrolables quienes pretenden incursionar en los escenarios de la violencia
y planean el asesinato del Candidato de la Patria, Nicolás Maduro, por lo
general se impone entre ellos los más pensantes que apuestan más al desgaste de
la Revolución Bolivariana.
La derecha busca
calentar las calles para mantener movilizados a sus bases sociales disociadas.
El verdadero plan es destruir poco a poco, y desde dentro, a la revolución. El
imperialismo y sus lacayos esperan el poder en bandeja de plata bien sea por
medio del proceso revocatorio (a escasos 3 años) o el fin del periodo
presidencial de 6 años. El desgaste permitiría desintegrar el ejemplo y legado
de la Revolución Bolivariana y del Presidente Chávez por mucho tiempo y sin
necesidad de sangre. Así el Poncio Pilatos se lavaría las manos en agua y no en
sangre. Algo parecido a lo ocurrido en la URSS.
El imperialismo y
su canalla burguesía parásita saben que perderá su candidato y se impondrá la
voluntad del pueblo, por ahora, pero se mantendrán activos para acelerar el
desgaste de la revolución. Los 6 millones de enajenados que cuenta la derecha
es una cifra muy importante a considerar por la izquierda.
Queda de los
revolucionarios, de la izquierda venezolana, de la región y del mundo evitar
que la perdida física del Comandante Chávez se convierta, más adelante, en la
perdida de la Revolución. Al Comandante lo mantendremos vivo y revolucionando
al mundo en la medida que nosotros, sus hijos, profundicemos la revolución,
rompamos con el oportunismo, la ineficiencia y construyamos más socialismo. Las
ideas de nuestro Padre Patrio se perpetuarán en los corazones y de los pueblos
del mundo.
Hoy más que nunca
decimos Patria o Muerte, Venceremos!