Por. Basem
Tajeldine
#VocesContraElImperio
Padre Chávez, nuestro dolor por tu perdida
jamás podría ser descrito en palabras. El amor, así como el dolor no pueden ser
plasmados en letras frías. Ahora hablo contigo y con muchos a la vez. Sufrimos
por tu partida, Padre. Tus hijos, los venezolanos de buen corazón y los revolucionarios
del mundo lloramos profundamente de impotencia y rabia por no haber podido
hacer nada ante la cruel enfermedad que hizo su jugada con tu cuerpo mortal.
Millones estábamos dispuestos a ofrendar nuestras vidas a cambio de la tuya si
era posible. Aunque sabemos, tú no lo ibas a permitir, y preferirías morir mil
veces y entregar tu vida por la nuestra así como lo hiciste el 4 de Febrero de
1992 y el 11 de Abril de 2002 cuando te entregaste a las hienas fascistas para
impedir que estos le cobraran con sangre a tu pueblo por la osadía de creer en
ti, seguirte, querer ser libres y hacer revolución como lo hemos hecho y seguiremos
haciendo por siempre. Padre, nos duele mucho tu partida.
Padre, camarada, hermano, amigo, hijo de tu
pueblo, fuiste todo y lo mejor que hemos tenido en mucho tiempo. Los
venezolanos hemos tenido la dicha de haberte conocido y tenido como líder. Sólo
la miseria humana no supo apreciar tu grandeza, y no podrá hacerlo jamás con
nadie porque carecen de amor.
Desde aquel 4 de Febrero te hiciste grande, Padre.
Han pasado ya un poco más de 20 años desde aquel “Por ahora” que te hizo grande
por siempre. Pero 20 años de lucha para ti y para nosotros que te amamos
profundamente fue muy poco tiempo porque estabas lleno de energía; porque
querías seguir combatiendo y construyendo el socialismo junto a nosotros, tus
hijos. Aunque hiciste mucho, Padre. Algo increíble en tan poco tiempo.
Sembraste nobles sentimientos patrios, solidaridad internacional, amor,
conciencia revolucionaria en nuestro pueblo. Es asombrosa tu obra.
Tu grandeza es sólo comprable a la de nuestro
padre Simón Bolívar y a los más grandes libertadores y revolucionarios que
conoció la historia de la humanidad. No creo en divinidades, santos y dioses, tampoco
pretendo rendir culto a la personalidad, pero fuiste un ser excepcional. En ti
estaba se encarnó el extraño milagro de reunir todas las cualidades de un
genuino líder. Fuiste, eres y serás por siempre como tu padre Bolívar y aquel
otro gigante, el Comandante Fidel Castro, quien sabemos te extraña tan
profundamente como nosotros.
En vida fuiste un libertador de mentes y de la
Patria Grande. Desenvainaste nuevamente la espada de Bolívar. Fuiste un gran
maestro de revolucionarios, el mejor bolivariano de nuestro tiempo, el mejor
marxista entre muchos. Como Bolívar, liberaste a Venezuela de las cadenas que
la sometían a los designios de Estados Unidos a través del Fondo Monetario
Internacional. Los libertadores no desaparecieron en el siglo XVIII y XIX
porque la historia aun no ha terminado como creyó Francis Fukuyama. En el siglo
XX y XXI las mujeres de nuestro pueblo siguen pariéndolos. Fuiste tú, padre,
uno de ellos. Por eso creo que tus restos deberían estar en el Panteón Nacional
junto a los grandes de la patria, junto Bolívar.
En tu ausencia, tus banderas que hicimos
nuestras; que adaptaste a nuestras particularidades e historia, seguirán
flameando y guiaran nuestros pasos por mucho tiempo. Lo juramos por tu memoria.
Ayer unos eran bolivarianos y otros éramos
marxistas, y luchamos separados, muchas veces hasta enfrentados por las
pequeñeces e idioteces de algunos. Hoy, gracias a ti camarada y Padre Chávez, las
ideas de aquellos grandes se unieron, como debió haber sido siempre así.
Padre, sabemos que te fuiste con la consciencia
clara que no araste en el Mar, como se lo dijiste a Bolívar en tu memorable
despedida aquel 8 de Diciembre de 2012. Araste en el acero de nuestros
corazones.
Lucharemos con las banderas y las ideas que nos
legaste hasta la victoria siempre, Padre!!!
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