Basem Tajeldine
#VocesContraElImperio
@BasemTajeldine
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La lealtad cuenta con el pueblo, y la traición
con poderosos aliados.
Los enemigos del pueblo continúan allí, haciendo
su juego a escondidas, resguardado de la luz. En sus madrigueras pactan y
esperan el momento propicio para hacer su aparición formal. La traición es
astuta e imperceptible, muchas veces se presenta encarnado como el más amable,
leal y comprometido amigo, pero bajo sus mangas esconde el puñal que ha venido
afilando en su escondite. Antes lo intentaron buscando rodear al camarada Presidente
Chávez, ofreciendo un mundo de placeres y regalos, pero e estrellaron contra su
muro de su moral y compromiso patrio. Ahora lo intentan de nuevo, pero esta vez
de forma más sutil. Han aprendido del pasado.
Son muchos los privilegios y el venenoso poder
que guarda el Estado burgués heredado por la Revolución. Tanto se ha hecho por
transformarlo, pero allí sigue latiendo, y algunos pretenden conservarlo.
El delicado momento político por el que
atraviesa la Revolución Bolivariana ha hecho de la unidad requisito
indispensable. “La unidad y lucha de contrarios” es una de las máximas
marxista. Pero la requerida unidad no exige dejar de lado la lucha de
contrarios. Nadie aquí, ni allá (la derecha), es ingenuo. Los opositores a la
Revolución Bolivariana, a la integración regional, al ALBA, al desmantelamiento
del Estado burgués, el impulso de las Comunas y del Poder Popular y Obrero (gestión
socialista en las empresas recuperadas), etc. también se encuentran entre
nosotros, disfrazado de aliado. Esto lo sabemos, pero el momento apremia bajar
nuestros impulsos, ser fríos y más responsables con las críticas para no dañar
la unidad.
Las ideas que el camarada Presidente Chávez
hizo germinar en muchos de nosotros, todavía necesitan madurar, debatir y ser
probadas. Ellas se han hecho banderas para otros pueblos que hoy luchan contra
la opresión de sus burguesías locales y foráneas. Las ideas y políticas de
integración adelantadas por el gobierno revolucionario y los gobiernos aliados
de la región hoy son reconocidas y vistas con mucha simpatía por otros pueblos que
son victimas de los mecanismo mercantiles de la vorágine globalización capitalista.
Nada puede ni debe truncar nuestras banderas, así como la crítica, el debate y
la reflexión de las cuales depende el avance de toda genuina revolución.
Es previsible que el acecho imperial contra el
gobierno revolucionario tienda a enconarse, aprovechando la actual coyuntura
política generada por la enfermedad del camarada Presidente Chávez. Hasta ahora
la actual dirección del gobierno ha sabido truncar los planes
desestabilizadores e intervencionistas de la canalla nacional e internacional. Pero
la requerida unidad para hacer frente a la traición, al imperialismo y su
lacaya burguesía necesita enaltecer un espacio que, hasta ahora, ha sido un
poco marginado. El Gran Polo Patriótico (GPP) debe ser ese espacio.
En las filas revolucionarias no existe nada ni
nadie que se le pueda acercar al liderazgo del camarada Presidente Chávez. Su
personalidad, carisma y amor por el pueblo y viceversa, su compromiso e ímpetu revolucionario,
su arrojo son casi únicos y no encuentran iguales en la historia reciente del
país. Chávez es un líder genuino, de esos que muy poco se repiten en la
historia. Por ello, y mientras avanza la recuperación del Presidente Chávez, la
Revolución Bolivariana está llamada a construir y fortalecer la dirección del
GPP que, en la suma de sus miembros, genere un liderazgo colectivo.
El GPP debe trascender también, al igual que el
PSUV, la coyuntura electorera y proponerse como el espacio verdaderamente
democrático donde confluyan todas las ideas, las críticas y el debate de la
militancia política revolucionaria de los diferentes partidos y movimientos
sociales que apoyan a la Revolución Bolivariana. La dirección del GPP está
llamada a conformarse como el Comité Central de la Revolución Bolivariana
compuesta por miembros que, en su mayoría, no posean responsabilidades directas
en la dirección del Estado. La libertad de la mayoría de sus miembros a las
ataduras burocráticas del Estado permitiría al GPP reencontrarse consigo mismo
y disponer de más tiempo para hacer verdadera política y atender las
necesidades inmediatas: batalla mediática contra la desinformación promovida
por la derecha y la escuela de formación y supervisión de cuadros.
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