Por. Basem Tajeldine
Voces Contra El Imperio
¿Qué será de un imperio cuando los países que siempre ha considerado
como “vasallos-colonias” o “patios traseros” no están dispuestos a seguir aceptando
sus arrogantes imposiciones?
El Establishment imperial y sus
hienas consejeros autodenominados “think tank” no previeron las consecuencias
de sus propias actuaciones contra Venezuela.
La particular arrogancia e ínfula
supremacistas que define a las hienas imperiales, y el menosprecio por la
realidad de la región, conllevó al gobierno estadounidense a cometer un nuevo
error político con la agresión a Venezuela. La orden ejecutiva del actual
inquilino de la Casa Blanca, Barack Hussein Obama, que señala a Venezuela como
una “amenaza inusual y extraordinaria para la Seguridad Nacional y la Política
Exterior de Estados Unidos” provocó una reacción contraria a los objetivos que
ansiosamente esperaban.
El arrogante imperio que
pretendió “torcer el brazo” al gobierno Bolivariano porque no ha querido hacer lo que sus monopolios financieros y sus transnacionales
ambicionan –en palabras de Obama [1]-,
y de esta forma, también, intimidar a toda la región días antes de la Cumbre de
las Américas, terminó por unirla aún más; por unir al pueblo de Venezuela y a
toda la región contra la agresión imperialista.
La solidaridad mundial tampoco
faltó. Además de la digna posición de los organismos regionales como la Comunidad
de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la Unión de Naciones del Sur (UNASUR),
y la Alternativa Bolivariana para Nuestra América (ALBA), también el Movimiento
de países No Alineados que reúne a más de 120 Estados miembros de Naciones
Unidas [2], Rusia, China y otros países
no tardaron en manifestar su más categórico rechazo a la medida tomada por
Obama, que lejos del “tecnicismo” que algunos argumentan, ha sido utilizada en
el pasado para justificar las intervenciones militares estadounidenses en Irak
(2003), Siria (2011), Libia (2011), Afganistán (2001), Nicaragua (1985) y otros
países.
Con la orden ejecutiva, el
gobierno de Estados Unidos intentó aislar a Venezuela para justificar la
escalada de agresiones y finalmente derrocar al gobierno revolucionario, pero
fracasaron.
Varios voceros estadounidenses
han comenzado en admitir su nuevo fracaso político.
El pasado 3 de abril, La
subsecretaria de Estado de EEUU para Latinoamérica, Roberta Jacobson, que
participaba en una conferencia en el centro de estudios Brookings para abordar
la próxima Cumbre de las Américas, confesó estar “decepcionada” por la
reacción de los países latinoamericanos a las sanciones y decretos
injerencistas adoptados por su país contra Venezuela [3].
Más recientemente, el pasado 7 de
abril, varios medios internacionales reseñaron un supuesto giro de posición de Estados
Unidos respecto a Venezuela como “bajón de tono”.
El alto integrante del Consejo de
Seguridad Nacional (CSN) de Estados Unidos, Ben Rhodes, dijo que su país “no cree
que Venezuela represente alguna amenaza para su seguridad” en referencia a la
orden ejecutiva firmada por Obama. De acuerdo con Rhodes, esa oorden se
trataba, apenas, de una fórmula burocrática, “una pro forma”, aseguró
Rhodes. “Tenemos un marco legal para formular este tipo de órdenes ejecutivas”.
Por su parte, el responsable para América Latina del CSN, Ricardo Zúñiga,
afirmó que la Casa Blanca no tiene “ningún programa hostil” con
relación a Venezuela [4].
Finalmente, Thomas Shannon, quién
es Consejero del Departamento de Estado de EEUU, y segundo del secretario de
Estado John Kerry, viajó a Caracas con la agenda de buscar un acuerdo con el
gobierno de Venezuela de cara a la Cumbre de las Américas [5].
La diplomacia revolucionaria
venezolana, de principios, sin eufemismos y antiimperialista, inaugurada por el
Gobierno Bolivariano del gigante Comandante Hugo Chávez, y mantenida en alto
por el Presidente Obrero, Nicolás Maduro Moros, ha demostrado ser eficiente y
victoriosa ante la agresión imperial. Las nuevas organizaciones regionales de
integración fundadas al calor de los procesos políticos de cambios anti
neoliberales que se viven en Latinoamérica: la UNASUR, CELAC y ALBA, y que
fueron impulsadas por el Comandante Chávez, resultaron ser las mejores murallas
para el pueblo de Venezuela y de toda la región. La región ha tomado conciencia
de su papel histórico. El Libertador Simón Bolívar dice que “en la Unión está
la fuerza”.
Obama quiso torcer el brazo a
Venezuela y la región, pero la región terminó por torcerle el brazo al
imperialismo estadounidense.
Un imperio al que cada día menos
países obedecen; cuya hegemonía se ha venido debilitando en la región que
históricamente consideró como su “patio trasero”, pero también en todo el
mundo; que ha sido desplazado como primera potencia económica y comercial por
China; al que sus aliados europeos le marcan límites en Ucrania; a quién Rusia
le trazó una línea roja en Siria e Irán, etc., no puede seguir llamándose
imperio.
Hoy América latina y el Caribe
develan los pies de barro del imperialismo. Sin embargo, nadie debe cantar
victoria todavía.
Fuentes:
[1] Obama: “en ocasiones tenemos que torcer el brazo de los
países que no quieren hacer lo que queremos”
[2] MNOAL apoya a Venezuela
[3] Jacobson decepcionada con la región
[4] Venezuela no es una amenaza para Estados Unidos
[5] Thomas Shannon, segundo de John Kerry, llega a Caracas a
reunirse con la Canciller y el presidente Maduro
Excelente análisis hermano ahora Debemos continuar con la batalla comunicacional y seguiremos venciendo...
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