Por.
Basem Tajeldine
Voces
Contra El Imperio
Nadie en sus cabales podría
atreverse a amenazar con una "gran guerra" a una de las más grandes
potencias militares y nucleares que existe en la actualidad como es la
Federación Rusa.
Solo un desquiciado mental,
un ser anormal que se siente "guapo y apoyado” -así como decimos en
Venezuela- podría atreverse a semejante bravuconada contra la potencia rusa.
Luego de los últimos
acontecimientos, donde las milicias antifascistas del sureste de Ucrania forzaron
a las fuerzas fascistas de Kiev a retirarse del aeropuerto de Lugansk, y que estas
últimas fueron rodeadas también en Donetsk, la junta central de tendencia fascista
y pro OTAN de ese país terminó por enloquecer.
Ante su derrota militar, el
ministro de defensa de Ucrania, Valery Geletey, aseguró que su país se
encuentra en el umbral de una "gran guerra" contra Rusia [1], asegurando que desde la Segunda
Guerra Mundial no se había visto en Europa una gran guerra como hasta ahora. Y
agregó en tono desafiante que "las pérdidas en una guerra así no se
medirán en cientos, sino en miles y decenas de miles de víctimas,
si las tropas rusas siguen avanzando por su territorio".
Por su parte, el
archiconocido "rey de los chocolates", hoy presidente de Ucrania,
Petro Poroshenko (que usurpa el poder en Kiev, tras el golpe de Estado
perpetrado contra el presidente legítimo de ese país, Viktor Yanukovich),
volvió a declarar que su gobierno recuperará la península de Crimea (hasta hace
poco reunificada a Rusia) a cualquier precio [2].
Si los usurpadores de Kiev
han enloquecido, no sucede lo mismo con la OTAN. Estos últimos entienden que no
es sensato provocar a Rusia, y mucho menos cuando ésta ha dejado claro que no
permitirá a la OTAN acercarse más a sus fronteras.
En la última reunión de ese
organismo, el pasado 4 de septiembre, los presidentes acordaron reforzar “el
flanco más vulnerable a la amenaza rusa: Europa del Este, así como estuvieron
de acuerdo en diseñar un plan de respuesta rápida a ese reto que incluye la
creación de una fuerza de despliegue inmediato frente a “cualquier posible
agresor” [3] y un refuerzo de la
presencia del organismo en países lacayos como Estonia (también país fronterizo
de Rusia.
No obstante, la OTAN está
consciente de que su línea roja se encuentra en Ucrania, y que de nada serviría
incrementar una “fuerza de despliegue rápida” para hacer frente a una respuesta
nuclear por parte de Rusia. Los juegos de guerras convencionales con importante
número y movimiento de tropas entre potencias rivales, terminaron en el siglo
pasado con el descubrimiento de la bomba atómica. Jugar con fuego nuclear sería
el fin de toda la humanidad.
La OTAN traga duro y colocará
en cintura a sus cipayos de Kiev, y les recordarán que son un simple peón del
juego en el gran tablero mundial.
Fuentes:
[1] Ucrania amenaza con una
guerra a Rusia
[2]
Poroshenko promete recuperar Crimea
[3] Cumbre de
la OTAN
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