Por. Basem Tajeldine
@BasemTajeldine
basemtch@gmail.com
Todo parece indicar que
el ex consejero de Seguridad Nacional de EE.UU., también reconocido hoy como el
“cerebro geopolítico” de la administración Obama, el estratega Zbigniew
Brzezinski, ha logrado imponer su jugada en el tablero mundial de trasladar el
teatro de las guerras y provocaciones mucho más allá del Medio Oriente y el
Norte de África, pues su plan es buscar la contención de aquellos países que
considera la verdadera y mayor amenaza para la hegemonía estadounidense: que
son Rusia y China.
Brzezinski venía
oponiéndose a la mediocridad de los fundamentalistas mesiánico-sionistas y los
lobbys belicistas quienes, ansiosos por la guerra y la venta de armas que
requiere el Complejo Militar Industrial, no podían divisar bien el juego
geopolítico mundial, lo que comprometía la propia política de “seguridad
nacional” de EE.UU.
Este estratega siempre fue
partidario de la solución pacífica al conflicto con la República Islámica de Irán.
Brzezinski afirmó en ocasión de una entrevista, en 2009, que “una colisión estadounidense-iraní tendría
efectos desastrosos para EE.UU. y menos China, mientras Rusia emergería como el
gran triunfador, pues el previsible cierre del Estrecho de Ormuz en el Golfo Árabe-Pérsico
donde atraviesa el transporte de petróleo destinado a China, Japón, Corea del
Sur, Europa y EE.UU., elevaría el precio del petróleo a niveles estratosféricos
y tendría severas repercusiones para la economía global , pasando a ser Europa
totalmente crudo-dependiente de Rusia” [1].
El imperio se encuentra
hundido en el pantano de Afganistán y ha perdido su cruzada contra Irak. En
Siria sus mercenarios están siendo derrotados por un farria resistencia militar
y popular. Por otro lado, la aparición de nuevos bloques de poder y la crisis
financiera-económica-social-política (crisis estructural del capitalismo) de
EE.UU. ha puesto límites a su prepotencia. El imperio en decadencia está
calculando bien sus jugadas, moviendo a sus mejores peones en el mundo para
cercar a Rusia y desestabilizar, esta vez, al lejano Oriente: China.
El reciente acuerdo
alcanzado entre el Sexteto (los 5 países del Consejo de Seguridad de la ONU,
más Alemania) e Irán, en razón del programa nuclear iraní con fines pacíficos;
el alivio de las “sanciones” económicas impuestas por EE.UU. y Europa contra
ese país, ha dejado, también, sin justificación la permanencia del escudo
anti-misiles emplazados por la OTAN en zonas limítrofes con Rusia. Hoy Irán
dejó de ser la supuesta “amenaza” de Europa, pero el escudo se mantiene contra
el país que siempre representó la real “amenaza” para los intereses
geopolíticos de EE.UU. y sus aliados Europeos en la región. “El escudo
antimisiles de EE.UU. en Europa ha sido un punto de fricción entre Moscú y
Washington por la renuencia de los norteamericanos a presentar garantías
jurídicas de que el sistema no va dirigido contra las fuerzas estratégicas
rusas” [2].
Mientras los sumisos
vecinos de Rusia tratan de arrebatar a este país nuevos espacios geopolíticos
para emplazar en Ucrania los sistemas antimisilisticos de la OTAN, en el lejano
Oriente se levanta un polvorín que amenaza con arrastrar a toda la región a un
conflicto de consecuencias insospechadas.
El 23 de noviembre China
estableció una zona de defensa aérea en su mar territorial que
incluye las disputadas islas Diaoyu/Senkaku (una región rica en petróleo, gas
natural y pesca.) y amenazó con derribar a cualquier avión que atreviese la
zona [3]. China actuó en respuesta a las últimas movilizaciones militares
llevadas adelante por Japón con apoyo logístico de su aliado EE.UU. Seguidamente,
el pasado 26 de noviembre dos bombarderos B-52
estadounidenses sobrevolaron la zona de defensa china sin informar a las
autoridades de ese país. Dos días después, el 28 de noviembre aviones militares
nipones atravesaron la zona de identificación de defensa aérea establecida por
China sin ningún aviso previo [5].
Hoy EE.UU. ha decidido optar
por la estrategia de Brzezinski en
el Gran Tablero Mundial para preservar migajas de su otrora hegemonía.
Fuentes:
[4] http://actualidad.rt.com/actualidad/view/112624-aviones-militares-japon-china-zona-aerea
Los extremos se tocan.
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