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lunes, 29 de agosto de 2016

Los dos espacios de la confrontación del 1 de septiembre en Venezuela


Por. Basem Tajeldine 
2T y Voces Contra el Imperio 

La experiencia de 17 años de Revolución Bolivariana nos permite predecir, sin ánimos de subestimar a nuestro enemigo de clase, ni mucho menos, que la convocatoria para lo que ellos llaman "la toma de Caracas" prevista el 1 de septiembre, resultará en una nueva aventura macabra que no alcanzará su objetivo inmediato de derrocar al gobierno legítimo del Presidente Nicolas Maduro, pero sí aquel otro que busca llamar la atención de la opinión pública mundial y de esta forma justificar la reacción de algunos organismos regionales que abra las puertas de la intervención. 

A ésta altura del juego, de experiencia en la confrontación de calle y conocimiento de las capacidades y limitaciones del enemigo por parte del gobierno; por haber tenido que hacer frente a tantos intentos de sabotaje, guarimbas y tentativas de golpe de Estado de la misma dirigencia opositora fracasada, pero valentonada por su circunstancial victoria del 6D (pasadas elecciones a la Asamblea Nacional 2015), quienes hoy presumen de "seguridad" y "armonía" sólo ante los medios, mientras dejan colar sus rivalidades, puñaladas trapera y su guerra intestina por el control del dinero (dólares) que llega desde Estados Unidos, las posibilidades de éxito son aún más fantasiosa. 

No obstante, hoy, para los medios internacionales poco importa el escenario real de la confrontación en Venezuela. Para ellos basta sólo unos muertos y varias imágenes de violencia que serán manipuladas de acuerdo a sus intereses políticos. En el espacio real, las instituciones del Estado venezolano y los servicios de inteligencia han demostrado sus verdaderas capacidades, frustrando muchas de las tentativas violentas (más reciente fue capturado otro dirigente del partido neo-fascista Voluntad Popular con detonadores explosivos). Pero vivimos en un mundo dominado por la ficción de las cadenas transnacionales desinformativas, que llaman la era de la información, donde el escenario de guerra fue trasladado de la realidad a la cabeza de todos, en el que la capacidad de interpretación y discernimiento juega un papel determinante. 

El espacio mediático, irreal, intangible es, y seguirá siendo por mucho tiempo, el complejo mundo de las guerras no-convencionales dominado, hasta hoy, por las transnacionales mediáticas, quienes se encargarán de justificar a los organismos multilaterales (llámese: ONU, OEA, Liga Árabe,  entre otros) dominados por Estados Unidos para que estos se encarguen de legitimar las agresiones imperiales bajo el pretexto de "defender los derechos humanos" y/o la "seguridad nacional" imperial. 

Cuando varios voceros de la derecha "venezolana" no han tenido reparo en declarar públicamente sus intenciones de no dejar las calles hasta derrocar al gobierno del Presidente Maduro por las vías violenta, y amenazan con reactivar el mismo y desgastado formato criminal de las guarimbas, valga decir, un formato que ha resultado inútil en el mundo de la realidad para derrocar al  gobierno Bolivariano, al mismo tiempo nos están revelando que la verdadera batalla se librará en los medios, en el mundo de la ficción. Guerra avisada no mata soldados, pero si puede matarlos en el imaginario. 

Nunca antes en la historia de los conflictos sociales y las guerras asimétricas, pantalleros codiciosos, bravucones sin suficiente apoyo de las masas populares, ni mucho menos niños mimados de la burguesía han podido derrocar un gobierno legítimo que cuenta con amplio respaldo popular. Los deseos y los medios no empreñan. Para alcanzar el tan añorado poder, se necesita de mucho pueblo, pero también de la traición de las fuerzas armadas o de la invasión imperial. La mayor frustración de la burguesía venezolana radica en que, pese a la guerra económica y la crisis del capitalismo rentista, muy pocos desean prestarse para servir como "carne de cañon" del mismo juego que ha demostrado antes su fracaso. 

La derecha venezolana desprecia el recurso de la política y las vías democrática porque siempre ha entendido la violencia como su único medio, y también el fin, que le permitirá alcanzar y mantenerse en el poder. La burguesía es hija de la violencia. Entiende que el poder es sinónimo violencia, mientras que la democracia es antagónico a ella. 

Sin lugar a duda, los acciones criminales que prepara la derecha venezolana para el 1 de septiembre les servirá para justificar y mantener la atención de los medios transnacionales y las nuevas medidas "drásticas" de sanciones ilegítimas que adelanta el secretario general del ministerio de las colonias de Estados Unidos, Luis Almagro.

jueves, 4 de agosto de 2016

“Crisis Humanitaria” en Venezuela: el recurso perfecto de las hienas imperiales para legitimar una intervención también “humanitaria”


Por. Basem Tajeldine

Varios medios internacionales, la oligarquía criolla y el propio secretario general del ministerio de las colonias estadounidense, la OEA, destacan que en Venezuela existe una “crisis humanitaria”, por lo que hacen un llamado al gobierno para permitir abrir un corredor humanitario para “atender” las necesidades alimentarias del pueblo.

¿Realmente existe en Venezuela una crisis “humanitaria”? ¿Qué pretenden con esto?

Si bien no existe una definición clara sobre ese término, se puede decir que refiere a una situación de grave emergencia, hambruna y/o falta de asistencia sanitaria (medicamentos) por la que atraviesa un pueblo por diferentes causas, y que sus instituciones se muestran incapaces de resolverla, por lo que se ven necesitados de ayuda extranjera.

Las causas pueden ser múltiples. Las naturales como terremotos, maremotos, huracanes, o como consecuencias de una guerra civil (por los antagonismos étnicos-culturales-religiosos y de clase) o invasión extrajera.

Venezuela atraviesa una crisis derivada de su económica rentista petrolera. No sufre de conflictos mayores como pueblos en África y Asia que sí necesitan de la solidaridad del mundo. Sin embargo, el recurso de “crisis humanitaria” ha cobrado atractivo en el lenguaje diplomático y mediático de las transnacionales al servicio de los poderes hegemónico que pretenden justificar una intervención “benévola” para asegurarse un botín de guerra.

Desde la caída de la URSS, la “crisis humanitaria” ha sido parte del repertorio propagandístico de guerra no-convencional por excelencia que sustituyó a la supuesta “amenaza comunista”, y cuyo propósito es dañar la imagen de los gobiernos y pueblos insurrectos al gran capital, para de esta forma sugestionar a la opinión pública mundial antes de proceder a emprender una intervención militar también catalogada también de “humanitaria”.  

El uso y abuso de éste recurso argumentativo se basa en verdades o medias verdades que son magnificadas o marginalizadas, de acuerdo al interés político de los responsables, siempre buscando ocultar las causas principales que llevaron a esa situación, pero que permitan legitimar sus propósitos.

La historia reciente nos ofrece algunos hechos de supuestas “crisis humanitarias” que fueron promocionados por los medios occidentales para legitimar intervenciones armadas y otros hechos reales de crisis humanitarias que han sido ignorados por los mismos. Veamos:

•          El pueblo palestino padece de una real crisis humanitaria, un verdadero genocidio desde la creación de la entidad sionista de Israel en 1948, valga decir, país aliado de Estados Unidos. Sin embargo, la política sionista de limpieza étnica contra el pueblo originario de palestina (de confesión musulmana y cristiana) sigue siendo ignorada por occidente.

•          Libia, Siria e Irak sufren de una real crisis humanitaria desde el inicio de la operación de intervención de la OTAN que fue bautizada como “Primavera árabe”. Los países de la OTAN han venido apoyando a grupos terroristas que han provocados daños irreparables en aquellas sociedades. La primera guerra del golfo en 1991, la posterior invasión estadounidense de Irak en 2003, hasta la fecha, destruyó toda la infraestructura civil y desmembrada a la sociedad iraquí. 

Antes, los medios occidentales habían manipulado a la opinión pública mundial diciendo que los gobiernos de Libia y Siria se violaban los DDHH de sus pueblos, y que, por tanto, existía una “crisis humanitaria” que debía ser atendida para proteger a sus pueblos.

En Libia, Siria e Irak se crearon corredores humanitarios que sirvieron para armar a grupos terroristas y construir bases militares estadounidenses. Hoy la cifra de muertos más conservadora, sumando desde 1991 hasta la fecha 2016, en los 3 países mencionados, sobrepasan los 2 millones 500 mil personas.

Otros casos:  

•          En Yemen tras la agresión saudita apoyada por Estados Unidos ha provocado miles de muertos, el hambre y la falta de atención sanitaria cuyos niveles alarmantes ha sido reconocido incluso por la ONU.

¿Por qué Estados Unidos y sus medios transnacionales no señala estos casos como “crisis humanitaria”?         

•          El drama de los refugiados en Europa, donde 10 mil niños han desaparecidos en el viejo continente tampoco es reconocido de “crisis humanitaria”

•          6 millones de desplazados internos en Colombia reconocido por ACNUR y muerte por hambre de niños indígena en ese país, tampoco se cataloga como “crisis humanitaria”.
Pero si vamos a hablar realmente de crisis humanitaria, quizás algunos se asombraran al descubrir que dentro de la meca del capitalismo, el país más rico del mundo, Estados Unidos, que un estudio del Departamento de Agricultura de ese país estimaba que para finales de 2014, la fecha de la medición disponible más reciente, cerca de 14% de la población estadounidense (17 millones de estadounidenses) enfrentaba lo que se conoce como inseguridad alimentaria, esto sin contar la violencia racial contra los afroamericanos y las otras minorías étnicas.

A ninguno de los casos arriba mencionados los medios transnacionales refieren como “crisis humanitaria”. Sin embargo, Venezuela, un país que enfrenta el colapso del sistema capitalista rentista petrolero y la guerra económica desatada por la burguesía parasitaria, pero donde no existe guerra civil con millones de desplazados, muertos y hambruna, los mismos destacan que sí existe una “crisis humanitaria”. El mundo al revés.

Para justificar lo injustificable, los medios transnacionales y algunos locales insisten que en Venezuela existe una hambruna. Más recientemente la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, reconoció que era completamente falsa esa información y que la escasez aparente de alimentos es fruto del acaparamiento con fines de especulación mercantil en búsqueda de mayores márgenes de ganancia dineraria, y que tiene también el propósito político de desestabilizar al gobierno.

Definitivamente,  los intentos de la oligarquía criolla y del imperialismo de crear una falsa imagen de Venezuela: de caos por falta de alimentos y medicina para la población, que serviría como coartada perfecta para justificar una intervención extranjera con fachada de “ayuda humanitaria” se han desmoronado.

Vale recordar las palabras de ex jefe del Comando Sur de Estados Unidos, John Kelly cuando manifestó que rezaba todos los días por Venezuela, y si un organismo regional, la OEA, solicitaba la intervención militar, con mucho gusto lo haría.

¿Acaso esta acusación de “crisis humanitaria” en Venezuela no representa el “argumento” perfecto que necesita Estados Unidos para legitimar una intervención contra el país?

¿Acaso una intervención militar extranjera no terminaría por crearla de verdad?

Piensa por ti mismo y no te dejes manipular.